Así era el primer día del año en el medio rural de antaño, donde se tomaban buñuelos o pestiños en lugar de roscón el Día de Reyes.
La simbología y el origen de las mascaradas se remontan al pasado. El Tafarrón, la Madama, el Caballico o la VIsparra son algunos de los personajes más peculiares que componen estas secuencias teatrales.
Los turrones al peso se compraban en las ferias de antaño, mientras que muchas familias elaboraban los polvorones en casa.
En las fiestas de antaño los pequeños celebraban las vacaciones tanto dentro como fuera de casa.
En las navidades de antes, las campanadas, en ocasiones, las daba la orquesta del pueblo, con los platillos.
En las navidades de entonces existía un gran repertorio musical para alargar el recorrido de puerta a puerta del pueblo.
La mayoría de los expertos sitúan esta tradición en el siglo V.
Cuando no existían los frigoríficos, la parte del cerdo que peor podía conservarse, se consumía en estos días de Navidad.
Las postales físicas, uno de los encantos de las navidades rurales, han dado paso definitivamente a los mensajes de whatsapp.
Es una de las tradiciones con más encanto de las navidades rurales de entonces.
Musgo fresco, helechos para hacer una pradera en miniatura y otros recursos para montar un belén de antaño.
El medio rural es el espacio en el que mejor se conservan las tradiciones navideñas de siempre. La matanza, la misa del Gallo, los villancicos...