Nochevieja con uvas, pero sin campanadas

​En las navidades de antes, las campanadas, en ocasiones, las daba la orquesta del pueblo, con los platillos.
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Seguimos contando las navidades de entonces; las navidades más propias de los pueblos, ya que en la actualidad, es similar a la que transcurre en las ciudades, salvo las diferencias evidentes. En esta ocasión, hablaremos de la noche de fin de año, esa en la que nos tomamos las uvas, una tradición que parece habernos acompañado siempre. Eso sí, los mayores que vivieron las navidades de antaño en el mundo rural recuerdan que en su niñez se tomaban esas doce uvas sin el acompañamiento de las campanadas. Cuando sus relojes marcaban las doce, las comían en casa y los miembros de la familia se felicitaban el Año Nuevo.


FIN DE AÑO A BOMBO Y PLATILLO

En otras ocasiones, era la orquesta del pueblo, contratada para esa Nochevieja, la que marcaba esas campanadas, al ritmo de los platillos, mientras los asistentes festejaban ese 1 de enero y se tomaban las uvas. Algunas uvas, incluso, eran regaladas a la chicas durante el mismo baile. Sin duda, una costumbre encantadora de esas navidades de antaño en el mundo rural.