La Audiencia de Zamora consideró probado que la nieta del condenado iba a casa de su abuelo materno para pasar temporadas de verano y de Semana Santa, de manera ocasional, desde el 2014, cuando alcanzaba la edad de 11 años, hasta 2018, y que fue en ese tiempo cuando el abuelo se introducía en su cama para hacerle tocamientos.