Piden once años de cárcel por quebrantar una orden de protección contra su expareja, reternerla durante varios días y maltratarla

El hermano del acusado se enfrenta a una pena de cinco años por conocer la situación y no hacer nada por evitarla
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El próximo martes se sentará en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Valladolid A.H.G., un varón que se enfrenta a una pena de once años y nueve meses de prisión por quebrantar una orden de protección contra su expareja dictada por un juzgado de Violencia sobre la Mujer, por retenerla durante cuatro días en su domicilio, por maltratarla y amenazarla.



Además, en la vista también está acusado el hermano de A.H.G., que se enfrenta a una pena de cinco años por un delito de detención ilegal, dado que a pesar de que conocía la situación de encierro que sufrió la víctima, ni la denunció ante la Policía ni hizo nada por evitarla.


El acusado había mantenido una relación de pareja con convivencia con la víctima entre enero y noviembre del pasado año, mes en el que el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número uno de Valladolid dictó una orden de protección, que prohibía al acusado acercarse a menos de 500 metros de la víctima.


Los hechos, según sostiene la Fiscalía, ocurrieron el 13 de diciembre de 2021. El acusado abordó a la víctima cuando esta se dirigía a su centro de trabajo. Entonces, y ante la advertencia de la mujer de que no la molestase, A.H.G., la amenazó con matar a su padres y a su hermano. Además, y antes de marcharse corriendo al ver un coche de la Policía, cogió del bolso de la víctima las llaves de su casa, mientras la decía que si la denunciaba la mataría.


Horas después, al término de la jornada laboral de la víctima y bajo amenazas, la obligó a ir a la comisaría para decir a la Policía que la persona que la había abordado en la calle era su hermano. Tras su declaración policial, ambos se fueron al domicilio de la víctima, en la calle Victoria, donde ambos pernoctaron. A la mañana siguiente, cuando la mujer se disponía a abandonar el piso para acudir al trabajo, el acusado se lo impidió y la advirtió que “si salía  por la puerta no llegaba al portal”. Además, la quitó el teléfono y las llaves de casa, dejándola allí encerrada, situación que se prolongó durante cuatro días, hasta el 17 de diciembre.


Además, según sostiene el Ministerio Fiscal, en un momento dado y gritando, el acusado la dijo que la dejaría salir cuando le dijera quién era la persona que le gustaba, a la vez que la empujó contra la pared y la agarró del cuello.


El encierro finalizó el  día 17 cuando, aprovechando un descuido del acusado, huyó de casa. Como su maltratador la seguía enviando mensajes exigiéndola que volviera al domicilio, en los que la decía que “era una puta” y que mantenía relaciones con su jefe, la víctima decidió refugiarse en casa de su abuela.

No obstante, en la madrugada del día 18 el acusado se personó en el domicilio de la abuela, rompió la puerta de entrada de una patada, arrebató el móvil a su expajera y después la agarró del pelo, la tiró sobre una cama y la propinó una bofetada. Después la obligó a volver a su domicilio, agarrándola del pelo y del brazo.


Minutos después, una patrulla de la Policía se personó al domicilio y llamó a la puerta. Entonces, A.H.G. puso un cuchillo sobre un gato de su expareja mientras la decía que no abriera. Finalmente, y en vista que los agentes estaban a punto de lograr entrar, el acusado permitió a la víctima que abriera la puerta.

Además de un delito continuado de quebrantamiento de medida cautelar, el acusado se enfrenta a un delito de detención ilegal, otro de amenazas y dos de maltrato. También está acusado de un delito de coacciones, otro de injurias y dos de daños.