Los diminutos chiviteros de Torregamones, un monumento a la vida pastoril

Estas cabañas en las que los cabreros protegían a los chivos de depredadores constituyen la primera lámina de la serie '10 rincones mágicos de la provincia de Zamora'. Ahora, con la edición en papel de ZA49.
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Chiviteros de Torregamoes

Foto: Pedro Barrios


Lavadero, cortino, portón... Todas estas palabras tienen algo en común. Y es que, pertenecen a un mismo mundo, el de la arquitectura tradicional. Precisamente, para conocer nuestra realidad hoy es necesario acudir a aquellos antepasados. ¿Para qué se usaba ese tipo de construcciones? ¿Existen vestigios en nuestra provincia de aquellos espacios? ¿Podemos visitarlos? En ZA49 junto al Patronato de Turismo de la Diputación de Zamora queremos acercarte a aquellas costumbres agrícolas y ganaderas presentes en la Zamora de antaño a través de preciosas láminas donde contemplar esta arquitectura tradicional cuyo sello sigue presente.


PERNOCTAR EN MEDIO DE LA NATURALEZA


Esta serie se denomina 10 rincones mágicos de la provincia de Zamora y podrás conseguirlas con nuestra edición en papel. Con cada número mensual se entregará la imagen correspondiente. En la primera, la de este mes, los protagonistas son los chiviteros de Torregamones, todo un monumento a la vida pastoril.

Estas diminutas cabañas eran utilizadas por los cabreros, especialmente por la zona de Los Arribes, para salvaguardar a los chivos recién nacidos de depredadores como el lobo, como sabes, muy presente en nuestra provincia. Hay que recordar que, en su momento, y a menudo, los pastores no regresaban por la noche con el rebaño a casa y se veían obligados a pernoctar en medio de la naturaleza. Lo hacían, pues, en esta clase de construcciones.


CHOZAS DE PIEDRA Y TEJADOS DE RETAMA EN LOS ARRIBES


¿Permanecen en Zamora estas pequeñas cabañas rústicas? La respuesta es afirmativa; todavía algunas están en pie. Eso sí, las mejor conservadas son las que se encuentran en Torregamones (las que verás en nuestra primera lámina). El Parque Natural Arribes del Duero las acondicionó en los años 90, fecha hasta la que las tuvo su propietario, con lo que podrás contemplarlas de cerca, entre bebederos de granito y encinas, y cera del Duero. Además, este particular paseo está debidamente señalizado y con indicaciones, con lo que tendrás la oportunidad de profundizar en la historia estas diminutas chozas de piedra con tejados de retama.