Un estudio desvela que los mataderos cárnicos son esenciales para el sostenimiento de empleo rural y el mantenimiento de la actividad ganadera local

Promovido por la Asociación de Mataderos de Castilla y León, analiza el sector en la zona de Campos y Torozos.
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Vacas de la raza alistano


La Asociación de Mataderos de Castilla y León (Amacyl) presentó hoy en Medina de Rioseco el primer estudio de mercado del sector de mataderos y cárnico en la zona de Campos y Torozos, elaborado por Symbiosis Consultores. En el plano social y laboral, el análisis desvela que los mataderos comarcales son esenciales para el sostenimiento de empleo rural y el mantenimiento de la actividad ganadera local. Su desaparición provocaría impactos directos en ganaderos, carnicerías y pequeñas industrias de transformación, debilitando las cadenas cortas de suministro y acelerando la despoblación. Además, se detectan dificultades para el relevo generacional y una clara brecha de género en el empleo, así como carencia de formación profesional específica.


A lo largo de 120 páginas, el informe analiza la situación del sector, estudiando profundamente aspectos como el plano social y laboral, la seguridad alimentaria, la sostenibilidad, la tecnología o el marco administrativo y regulatorio.


Los objetivos principales de este estudio de mercado son aumentar la competitividad y el crecimiento del sector de mataderos y cárnico, visibilizar y dar valor al sector y a sus productos, y garantizar la sostenibilidad de la actividad en el medio rural, mediante la utilización adecuada de los recursos disponibles.


Según el análisis, el sector se enfrenta a un entorno de transformación profunda marcado por retos estructurales, regulatorios, sociales y tecnológicos. No obstante, también se detectan claras oportunidades de desarrollo, especialmente en torno a la innovación, la sostenibilidad y la cooperación institucional.


Desde el punto de vista económico, la rentabilidad de los pequeños y medianos mataderos está seriamente comprometida por los elevados costes operativos, las exigencias normativas y una escala de producción limitada.


El caso del matadero de Medina de Rioseco (Macrisa) destaca como ejemplo de viabilidad gracias a una estrategia basada en modernización, internacionalización y colaboración público-privada, si bien no es lo más habitual en el sector.


La atomización del sector, la desigual distribución de beneficios y el alto apalancamiento financiero en muchas empresas revelan la fragilidad del modelo actual.


A nivel administrativo y regulatorio, se ha constatado un exceso de burocracia, solapamiento de competencias entre distintas administraciones y dificultades para cumplir con normativas cada vez más exigentes en bienestar animal, seguridad alimentaria y medio ambiente. Los mataderos pequeños no cuentan con estructura técnica ni recursos humanos suficientes para asumir estas cargas, lo que genera desventajas competitivas claras frente a los grandes operadores industriales.


En términos de seguridad alimentaria, los pequeños mataderos pueden desempeñar un papel crucial al garantizar trazabilidad y control sanitario en sus territorios. Sin embargo, en ocasiones la falta de medios técnicos y la concentración del sacrificio en macroinstalaciones industriales plantean riesgos tanto por la pérdida de control territorial como por el aumento de sacrificios fuera de los mataderos.


La sostenibilidad ambiental es un reto creciente, tanto por las exigencias normativas europeas como por la presión social. La adopción de tecnologías más limpias y circulares, representan una vía prometedora pero todavía limitada por las barreras económicas.