La tensión del momento y los hijos menores a cargo deben ser gestionados con la máxima prudencia y con la calma que merecen.
Un proceso de divorcio no suele ser plato de buen gusto para ninguna familia que vea en ello la única solución a una convivencia insostenible. Puede deberse a muchos factores, como falta de comprensión, incompatibilidad de caracteres, rutina, o simplemente, porque las situaciones de vida de los cónyuges sean antagónicas. En cualquier caso, los abogados de familia solicitarán a estas personas prudencia, cabeza y templanza, porque es la única manera de que las partes ganen, proporcionalmente, dentro del proceso que suele ser traumático, especialmente si se tienen hijos menores a cargo.
Desde el despacho Gil Lozano Abogados advierten sobre varias cuestiones. La primera es que la ley está establecida de tal modo que, con el máximo acuerdo entre ambos cónyuges, se facilita mucho el hecho de poder despejar el peso emocional, muy especialmente en lo que atañe a los hijos menores. Sin duda, en un divorcio todo debe ir encarado para que estos niños y niñas sean los que menos sufran las consecuencias de la decisión de los adultos. Mantener su estabilidad emocional y física, pero también del concepto de hogar y familia, es esencial. Porque, se debe saber que, aunque un matrimonio se rompa, la familia sigue en pie.
Por tanto, un buen convenio regulador, donde el uso de la vivienda quede lo más claro posible, en el que el régimen de visitas sea lo más flexible, y que además, posibilite a los dos cónyuges poder disfrutar de la compañía de los hijos de manera proporcionada, es a lo que se debe aspirar; siempre y cuando no haya otro tipo de impedimentos o situaciones adversas en las que siempre, como es obvio, se protegerá al menor y a la persona que sea víctima de esas desavenencias.
No obstante, el equipo experto en derecho de familia de Gil Lozano Abogados apuesta siempre, en circunstancias normales, por el mutuo acuerdo, la custodia compartida y el divorcio acordado. Esperar a que una persona ajena, como el juez, tenga que dictar sentencia por la ausencia de un convenio regulador acordado, puede significar no solo el fracaso del matrimonio, sino también el fracaso emocional del mismo, y eso es algo que desde este despacho intentan evitar a toda costa.
En primer lugar, cuando una matrimonio ya ha tomado la decisión drástica de romper el lazo matrimonial, lo más sensato es acudir a un abogado de divorcios en Madrid, donde la tarea ahora será establecer los términos del divorcio y conocer a través de qué canal se va a dirimir. Por supuesto, son muchas las cosas que hay que poner sobre la mesa, como el reparto de bienes, la manutención de los hijos, el uso de la vivienda familiar, la pensión compensatoria, el convenio regulador de los hijos menores a cargo, la asunción de deudas que pesen sobre el régimen de gananciales, etc.
En definitiva, muchas cuestiones en la que cada una de las partes suele tener una visión personal, y ceder no siempre es fácil, máxime ante la propia tensión que supone el hecho de un divorcio.
De aquí parte todo el desarrollo posterior de los acontecimientos. Si desde el principio, los cónyuges apuestan por el mutuo acuerdo, todo será más fácil. El abogado, que normalmente será el mismo para ambas partes, sentará a los cónyuges y trazará con ellos, las líneas generales del divorcio, digamos que pintarán el nuevo panorama desde el diálogo y el consenso.
Desde Gil Lozano Abogados apelan por este tipo de divorcio, ya que es más fácil. Además, pensando en frío, si lo que necesita una pareja que se divorcia es alejarse lo antes posible el uno del otro, este proceso es mucho más ligero, menos traumático y, además, deja a las partes que decidan en qué términos queda cada uno. Eso permite cerrar una etapa y comenzar otra sin rencillas, ni sentimientos de fracaso.
Sin embargo, apostar por un contencioso es más complejo, más engorroso y, sobre todo, más agotador. Desgasta la relación hasta el máximo y, en muchas ocasiones, los propios cónyuges se consideran agraviados tras la sentencia dictada por el juez. También, en este segundo caso, todo es más complicado para los hijos, que suelen recibir la tensión de los padres en forma de traumas y posteriores manifestaciones adversas.
En definitiva, hay que ser sensatos, por lo que contar con el mejor equipo de expertos abogados, como el despacho de Gil Lozano, es lo más óptimo, ya que ofrecerán un trato agradable, cercano, y en un ambiente de cordialidad y conciliador, de forma que así será posible reconducir situaciones que, a priori, parecían insalvables. Y todo por el bien común de quienes deciden utilizar una figura legal tan drástica como es la del divorcio.