Aurelia sopla 107 velas rodeada del cariño de sus vecinos de Tamame

​"En cualquier momento, estiro la pata", dice, sin poder contener la risa, la mujer más longeva de Sayago, quien ha recibido un merecido homenaje en el pueblo, donde todo el mundo "se sigue emocionando cuando la ve", expresa su hija Emilia.

|

IMG 2421


Dicen que no existe nada más contagioso que la sonrisa de un niño. La de Aurelia Prieto Panero ya supera el centenar de años (hoy, 8 de agosto, cumple 107; así, de golpe y sin despeinarse), pero lo ilumina todo. Su carcajada te llena de vitalidad cuando la escuchas, como el abrazo de la persona que te devuelve la ilusión cuando tienes el día torcido. 


Percibir su alegría te adentra en un refugio en el que podrías aislarte de cualquier ruido, porque todo lo que la rodea es entusiasmo y júbilo. Y si no, ella lo transforma para que así sea. Todo, a través de esos ojos que han visto y vivido cuatro veces más que los de cualquiera de nosotros. Durante su longeva existencia no se ha perdido nada, ni siquiera la irrupción de Internet, del whastapp o de Yotube: "Hoy en día por el móvil sale todo", nos cuenta. Razón no le falta; de hecho, su anterior cumpleaños "salió por toda España", nos recuerda.


DE MEMORIA PRODIGIOSA

Y es en un dispositivo así adonde no paran de llegarle felicitaciones. Entre ellas, la nuestra. "Uy, sí, como no te des prisa, en cualquier momento estiro la pata", suelta sin poder contener la risa cuando le decimos que el próximo año iremos a Tamame de Sayago a probar su tarta para felicitarle los 108 en persona. "Yo voy tirando, ya tengo muchos años, hija", expresa no sin quitarle hierro a la edad. Que está como una rosa lo corrobora su hija Emilia: "Está mejor que yo; ella es la que me tiene que decir dónde pongo todo. Me dice: 'pon las cosas en el mismo sitio siempre, ya verás como las encuentras'". 


CARIÑO Y RECONOCIMIENTO

Es precisamente en Tamame donde Aurelia pasa estos días en los que acumula cariño y reconocimiento de quienes muestran adoración por ella. "Me quieren mucho en el pueblo, y en Toro y Zamora también", recalca nuestra protagonista, quien vive un mes con Emilia y otro con su hijo Agustín en estas dos últimas localizaciones. Esta vez, como en el verano pasado, los besos los ha recibido guardando las distancias, incluso la celebración familiar ha tenido que ser tan solo "con mi hermano, la nuera, una nieta y un biznieto", explica Emilia, a cuenta de la pandemia (al menos, la cumpleañera, "la primera que recibió la vacuna en Toro", ha sorteado el covid). 


UNA MUJER "MUY BUENA"

Eso sí, ni siquiera el virus ha evitado que la tierna Aurelia se quede sin el homenaje de sus vecinos, que ayer la esperaban a las ocho de la tarde para llenarle de aplausos y entregarle su "ramito de flores" tras una misa en la Plaza, con las medidas pertinentes. No ha sido posible repetir lo de otras celebraciones, donde la familia invitaba a pastas a todo el pueblo, pero "la gente se sigue emocionando cuando la ve porque es una mujer muy buena". Así la describe Emilia, quien, estamos seguros de que no miente sobre la devoción que muestran los vecinos por nuestra más que centenaria protagonista. ¡Felices 107, Aurelia! ¡Y que cumplas muchos más!


IMG 2423