Los bomberos de Toro tuvieron que afanarse durante toda la noche del martes al miércoles con el fin de extinguir el aparatoso incendio que se produjo en la zona. Más de 500 toneladas de alfalfa y de pulpa de remolacha (alrededor de 270 y 250, respectivamente) comenzaron a arder. Quizá fue la fermentación de la primera la causante de un incendio tras el que no se tuvieron que lamentar daños graves, más allá de los materiales.
Tras controlar y apagar el incendio, los efectivos continuaron en la zona durante la jornada del miércoles por si se reproducían las llamas.