El primer fin de semana de agosto deja un trágico balance en las carreteras de Castilla y León, con cinco personas fallecidas y más de una veintena de heridos en diferentes siniestros, uno de ellos con resultado mortal en la provincia de Zamora. La operación especial de tráfico, activada desde el jueves 31 de julio hasta la medianoche del domingo 3 de agosto, ha puesto de relieve la peligrosidad de algunas vías durante estos días de alta movilidad estival.
En Zamora, la víctima mortal se produjo en la tarde del sábado, a las 18:39 horas, en el término municipal de Villaralbo. Un conductor perdió el control de su vehículo y colisionó contra un árbol junto a la central hidroeléctrica del río Duero. El coche comenzó a arder tras el impacto y, pese a la rápida movilización de los servicios de emergencia, solo se pudo certificar el fallecimiento del conductor, del que no han trascendido más datos por el momento.
Además, el domingo se registró un grave accidente en la A-52, a la altura de Camarzana de Tera, donde cinco personas, entre ellas un menor de 13 años, resultaron heridas tras una colisión múltiple en la que se vieron implicados al menos cuatro turismos y una autocaravana. Todos los heridos fueron trasladados a centros hospitalarios para su evaluación y atención médica.
Estos incidentes se enmarcan en un fin de semana negro en las carreteras de la comunidad, con siniestros mortales también en las provincias de Burgos y Salamanca, donde se contabilizaron otras cuatro muertes. Entre ellas, destaca el fallecimiento de una mujer de 32 años y un bebé herido tras un accidente en la A-62, y el vuelco de un turismo en la A-66, en Guijuelo, que se saldó con otra víctima mortal y un herido grave.
Desde las autoridades de tráfico se insiste en la prudencia al volante, especialmente en fines de semana de verano con desplazamientos masivos. Se recuerda la necesidad de respetar los límites de velocidad, evitar distracciones y extremar las precauciones ante cualquier signo de fatiga o mal estado de la vía.