La economía de Castilla y León cerró el primer trimestre de año con un crecimiento del 3,2 por ciento en términos interanuales, similar al registrado en el último trimestre, gracias al empuje del sector servicios, que creció un 4,3 por ciento, y a las subidas de industria y construcción, que subieron un 1,7 y 2, por ciento, respectivamente, mientras que el sector primario cayó un 1,2 por ciento.
Estos datos fueron presentados hoy por el consejero de Economía y Hacienda de la Junta, Carlos Fernández Carriedo, que adelantó que de cara a los próximos trimestres se espera un menor crecimiento dado los riesgos del comercio internacional, el menor crecimiento de los países a los que Castilla y León exporta más, el impacto de los aranceles y el “empeoramiento” de la imagen de España.
No obstante, respecto de los aranceles de Estados Unidos, el consejero reconoció que su repercusión no se ha visto reflejada en el primer cuatrimestre del año en forma negativa, aunque esto no significa que no vaya a tener efectos negativos en el futuro . “Lo razonable es que tengan un impacto, tanto directo como indirecto. Directo en forma de exportaciones de Castilla y León a Estados Unidos o indirecto en la medida en la nosotros estamos vendiendo a países que a su vez exportan a EEUU y se podría producir un desvío del comercio internacional y que países que exportaran a EEUU decidan trasladar sus productos al conjunto de España y, por tanto, competir con nosotros en esos mismos mercados”, afirmó.
Carriedo explicó que con este positivo arranque de año es previsible que el crecimiento económico previsto por la Junta para el conjunto del año 2025 (2 por ciento) sea algo superior, a la vez que indicó que en los próximos trimestres la lógica apunta a crecimientos inferiores.
Al mismo tiempo, el consejero subrayó que la economía de Castilla y León crece por encima de la media española, que se situó en el 2,8 por ciento y más del doble de lo que lo hace tanto la economía de la Eurozona (1,2 por ciento), como del conjunto de la Unión Europea (1,4 por ciento).
Bajos precios en productos agrarios
En su análisis, además de destacar el buen comportamiento de servicios, industria y construcción sin embargo, advirtió del “deterioro” en las expectativas de la agricultura, fundamentalmente por el comportamiento de la ganadería y también por los bajos precios de algunos productos agrarios. En este indicó que si que en términos de volumen la producción en cereales va a ser relevante, no lo será en términos de valor, por los bajos precios del mercado y por el incremento de los costes de producción que han tenido que asumir los agricultores y que están muy por encima de la subida de la inflación.
Desde el punto de vista de la demanda, Carriedo explicó que el principal factor que está tirando de la actividad es la inversión, dado que la formación bruta de capital crece un ritmo del 4 por ciento y, como consecuencia de ello, la venta de bienes de equipo sube un 6,4 por ciento. La demanda interna se mantiene el 3,2 por ciento, una décima por debajo del anterior trimestre, resultado del menor aumento del gasto en el consumo final de los hogares (3,1 por ciento frente al 3,3 por ciento del periodo precedente).
Mientras tanto, el sector exterior no presentó ninguna contribución al crecimiento del PIB, debido a la desaceleración de las exportaciones, al pasar del 2,9 por ciento al 2,6 por ciento, y de las importaciones, que caen del 2,8 por ciento al 2,4 por ciento.
Preguntado por los riesgos que supone que el sector servicios lidere el crecimiento económico, Carriedo, apuntó que su peso en el conjunto de la economía de Castilla y León es mucho menor que en la economía nacional. “Nosotros tenemos una economía más diversificada que la media española, con un mayor peso del sector industrial, del sector agrícola y ganadero que se tiene en el conjunto de España, además de un comportamiento del sector industria y construcción que sigue siendo sólido”, recalcó.