Arranca FITECU con una invitación a utilizar la IA para pasar “de una medicina reactiva a la proactiva”

La CEO de la Lions Befrienders Service Association de Singapur, Karen Wee, destaca los avances de su organización con el uso aplicado de la tecnología a la “salud poblacional” del segundo país del mundo con mayor esperanza de vida.
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La segunda edición de la Feria Internacional de Innovación y Tecnología al Servicio de los Cuidados (Fitecu) abrió hoy sus puertas en el recinto ferial Ifeza de Zamora con una invitación a utilizar la inteligencia artificial (IA) para pasar “de una medicina reactiva a una proactiva”.


Así lo afirmó la CEO de la Lions Befrienders Service Association de Singapur, Karen Wee, durante la ponencia inspiracional con la que comenzó la segunda edición de Fitecu, titulada ‘La sociedad del futuro, aspectos clave para una atención preventiva’.


Wee acudió a la cita como “el lugar en el que creamos el futuro de la sociedad”, por lo que trasladó el ejemplo de su país, que pasó en las últimas décadas de ser un lugar enclavado en el tercer mundo con “pocos recursos excepto humanos” a ser la segunda sociedad del mundo con mayor esperanza de vida, de 86,5 años en 2024, gracias a “planificar con 20 años de anticipación” debido a su “necesidad de supervivencia”.


Para esa “visión de futuro” que trasladó Wee a los asistentes a Fitecu, consideró fundamental la tecnología tanto para la atención médica como la social, lo que supone “un desafío para la Administración” debido no solo a la financiación necesaria o al envejecimiento de la sociedad, sino por el “miedo” que tienen los ciudadanos al avance de las nuevas tecnologías.


Llamó por ello Wee a realizar una “alfabetización digital” que desde su organización se realiza con personas mayores a lo largo de todo Singapur a través de proyectos como el que desarrollan desde 2021 para mejorar el diagnóstico no solo de enfermedades como el cáncer sino de cuestiones como la salud mental.


El objetivo, aseguró la CEO de la Lions Befrienders Service Association de Singapur, es saber “cómo intervenir”, utilizando la IA para analizar tanto aspectos genéticos como ambientales y las condiciones de vida, el ejercicio o el estilo de vida de cada persona para acceder al riesgo crónico de sufrir enfermedades y así llevar a cabo las medidas preventivas personalizadas a cada caso.


También es necesario, apuntó Wee, crear “un ecosistema” del conocimiento, también en países como España, para conseguir esos marcadores que deriven en una medicina personalizada que lleve “al próximo estilo” del abordaje de la salud, desde la reactiva a la proactiva.


“Lo que hacemos es salud poblacional”, explicó en relación a lo que trabajan desde su asociación al respecto, con personal especializado en planes de nutrición o fitness y que pasa “más tiempo en el cuidado directo” de las personas mayores porque el análisis se hace gracias a la IA, en la que “se ha delegado el trabajo del dato”.


A través de ese trabajo directo, se empodera a estas personas con el conocimiento que se les traslada de las nuevas tecnologías, los hábitos de vida personalizados que deben llevar a cabo para tener una mejor salud, y con hogares y ciudades inteligentes que, “con un conjunto completo de sensores”, realiza el análisis y da los recursos a la Administración para “avanzar y mejorar la salud” de la población y lograr “las ciudades del futuro”.


Enfoque comunitario pendiente

Precisamente, los avances para la mejora de la salud y su impacto social se trataron también en la mesa de reflexión sobre ‘Retos y tendencias de la innovación en el sector sociosanitario’, en la que participaron el director del laboratorio ALC de la Universidad de País Vasco, Gorka Espiau; la directora ejecutiva adjunta de Scottish Care, Karen Hedge; la directora en la Corporación de Bienestar Social Gunma-Japón, Mónica Mizuno, y el director de la División de Innovación y Digitalización de la Agencia para la Atención Integrada de Singapur, Mohamed Farouk Bin Mohamed Ismail.


El primero en intervenir fue Espiau, que diferenció entre “dos tipos de innovaciones”. Por un lado, catalogó el nivel “específico” de cómo las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial “ayudan a dar respuestas específicas a problemas específicos”, como explicó en la conferencia previa Karen Wee. Sin embargo, lamentó que se dedique “todo el tiempo” a estas soluciones específicas y no a “la dimensión comunitaria” del desarrollo de estos servicios, e invitó a reflexionar sobre cómo las nuevas tecnologías pueden ayudar también a abordar “retos complejos” como visualizar la “interconexión” entre agentes para afrontar los problemas sociosanitarios y reparar el ‘gap’ existente cuando esta conexión no se produzca.


Por su parte, Hedge centró su intervención en explicar la evolución del sistema de salud escocés, que fue capaz de desarrollar las nuevas tecnologías pero no de “sacarlas a la práctica”, por lo que ahora tratan de permitir a los usuarios la adquisición y uso de los productos “por ellos mismos” con personas “con confianza en el terreno” para ayudar a través de procesos como una biblioteca digital en la que los usuarios se pueden llevar una semana los productos que les ayuden en su envejecimiento para “aprender a utilizarlos”.


Mientras, Mizuno, desde la perspectiva de “no perder la humanidad”, abogó por “usar la tecnología para aliviar lo técnico y lo práctico”, especialmente ahora que Japón sufre “falta de mano de obra de cuidadores”, motivo por el que tratan de atraer técnicos del extranjero y permitir así que las personas mayores se puedan quedar “el mayor tiempo en sus hogares” antes de, en caso de necesitarlo, acudir a las residencias.


Finalmente, Mohamed Farouk Bin Mohamed Ismail centró su intervención en el manejo que el Gobierno de Singapur está tratando de realizar en relación a la soledad no deseada, que debe ser “el objetivo principal” de la tecnología: “Ver cómo beneficia a los usuarios y cómo somos capaces de darle una sostenibilidad financiera”.