La alimentación saludable se ha convertido en uno de los pilares de salud para la población general y tiene especial incidencia a la hora de prevenir y abordar enfermedades metabólicas como la obesidad, la diabetes mellitus, las dislipemias o la hipertensión arterial. Consciente de su importancia y en el marco de la formación permanente que ofrece, el Colegio Oficial de Enfermería de Zamora ha promovido un curso de "Alimentación y prevención de enfermedad crónica" que se desarrolla este miércoles y jueves, días 20 y 21, en la sede colegial de la Ronda de Puerta Nueva en horario de tarde.
El curso, que siguen tanto enfermeras de Atención Primaria como Hospitalaria y colegiadas que trabajan en distintos ámbitos de la salud, permite reciclar conocimientos y mejorar la formación en educación para la salud y prevención de la enfermedad crónica mediante una alimentación saludable y "una visión integrativa".
Tras la presentación del curso a cargo de la presidenta del Colegio de Enfermería de Zamora, Patricia Miguel, las enfermeras del Servicio Cántabro de Salud encargadas de impartir esta formación, Natalia Costanzo y Rocío Cardeñosa, han aprovechado para responder con material divulgativo a preguntas de interés para la salud de la población como la de "¿Cómo hacer desayunos, comidas y cenas saludables".
Al respecto, basándose en el plato de Harvard, recomiendan que para una distribución equilibrada de los alimentos el 50% del plato esté compuesto de verduras y hortalizas (también de frutas para la población general), el 25% de proteínas y el otro 25% de hidratos de carbono, siendo las frutas un componente opcional para las personas con enfermedad metabólica. Al respecto, Natalia Costanzo explica que la fruta, en el caso de pacientes con enfermedad metabólica como diabéticos, hipertensos, con colesterol alto o con obesidad, "yo siempre les digo que son chuches sanas, se pueden tomar pero nunca más de una o dos piezas al día, nunca sola, piezas pequeñitas y siempre de postre".
Por su parte, Rocío Cardeñosa ha alertado de algunos conceptos erróneos e ideas preconcebidas sobre alimentación que hay que desterrar, como comer cinco o seis veces al día. En vez de ello ha abogado por hacer desayuno, comida y cena, procurar que pasen doce horas entre la cena y el desayuno del día siguiente para que haya "un reseteo metabólico digestivo" y reducir los carbohidratos.
También ha puesto de relieve la importancia de optar por grasas saludables como el aceite de oliva virgen extra o que los hidratos de carbono que se utilicen en la comida sean del tipo de arroz integral, legumbres, pasta integral o patata. "Hay que hacer una verdadera revolución y las enfermeras son el eje principal para ello, porque al final estamos tanto en los hospitales como en Primaria y son la primera puerta de acceso a los pacientes", ha señalado.