La cerámica de un pequeño pueblo ubicado en la provincia de Zamora es reconocida por su singular estilo y por su técnica. Entre los asiduos a los hornos fabricados con este material en esta ubicación se encuentra, por ejemplo, el cocinero Chicote. El chef cocina, a fuego lento, sus manjares en uno de estos recipientes únicos. Hablamos, ni más ni menos, que de Pereruela, localidad que cuenta con una tradición alfarera que se remonta a siglos atrás, convirtiéndose en un legado cultural que se ha transmitido de generación en generación (y que vemos de cuando en cuando en diferentes programas de la televisión nacional).
Una de las características más destacadas de la cerámica de este enclave es el uso de arcillas de alta calidad, extraídas de las canteras cercanas al pueblo. Estas arcillas, ricas en minerales y con una textura fina, permiten a los artesanos crear piezas de gran durabilidad y resistencia. El proceso de elaboración es minucioso, comenzando con la extracción de la materia prima, seguido de un cuidadoso proceso de amasado, moldeado y secado.
LA CUERDA SECA
Otro rasgo distintivo de esta cerámica es la técnica de decoración, conocida como "cuerda seca". Este método consiste en trazar diseños y motivos utilizando una mezcla de óxidos metálicos y grasa animal, que actúa como una barrera para evitar que los esmaltes se mezclen durante la cocción. El resultado es una superficie con un acabado brillante y vibrante, donde los colores se mantienen nítidamente separados.
LOS TEMAS DE LA CERÁMICA DE PERERUELA
Los temas y diseños de la cerámica de Pereruela suelen estar inspirados en la naturaleza, la cultura local y las tradiciones de la región. Desde sencillas jarras y platos hasta elaboradas esculturas, cada pieza refleja la habilidad y el talento de los alfareros de Pereruela, quienes han logrado preservar y perfeccionar esta artesanía a lo largo de los siglos.
Más allá de su valor estético, la cerámica de este pueblo de Zamora también desempeña un importante papel en la economía local, siendo un símbolo de identidad y orgullo para los habitantes del municipio. Visitar los talleres y observar a los artesanos en acción es una experiencia única que permite apreciar de cerca la riqueza y la singularidad de esta tradición alfarera. Contemplar su trabajo es lo que hacía el agosto del pasado año el presidente de la Diputación, Javier Faúndez, quien acudía por aquellas fechas a una nueva edición de Alfareruela, la feria de alfarería que celebra cada año esta localidad sayaguesa.