La concejala de Educación y Cultura del Ayuntamiento de Valladolid, Irene Carvajal, aseguró hoy que Delhy Tejero fue una mujer emancipada que “rompió moldes”, con el que se identifica hoy cualquier mujer. De ahí que, ante la cercanía del 8 de marzo, animara a los vallisoletanos y a sus visitantes para disfrutar de la exposición de una mujer que fue “realmente excepcional”.
Un paseo por las dos salas que componen la exposición ‘Geometría y Misterio’ en el Patio Herreriano permite comprobar que Tejero (1904-1968) fue una mujer avanzada a su tiempo que salió joven de su pueblo natal, Toro, para irse a Madrid, donde estudió en la Escuela de Artes y Oficios y la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Su obra es tan singular y valiente como su vida. No en vano, fue una mujer que, pese a verse atrapada por la Guerra Civil española, pudo vivir de su trabajo y de su pasión. Destaca su conocimiento técnico, su mirada propia y su experimentación técnica. Todo ello, imbuido de una cosmovisión femenina. Una vida que quedó reflejada en sus numerosas obras pero también en sus diarios espontáneos e intimistas, que permiten entender su curiosidad vital y su ambición estética.
Delhy Tejero fue una de esas singulares artistas de vanguardia que tuvieron la capacidad de deslizarse con inusitada naturalidad por los diferentes escenarios artísticos de las décadas centrales del siglo pasado. La exposición recorre las primeras incursiones de la artista zamorana en el ámbito de la ilustración, da buena cuenta de un interés de corte antropológico por las tradiciones populares, fruto de su pasado rural. Pero su obra también estuvo marcada por los viajes por diferentes lugares que, en su momento, y a la postre, se revelarían esenciales para su carrera, como París, Italia o Marruecos. Todo esto ocurriría en los años anteriores a la Guerra Civil española.
Las dos salas de la muestra marcan una división aproximada entre la obra de preguerra y la de posguerra. Los años cincuenta marcan una clara nueva dirección, ya que la autora avanza hacia la abstracción tras un primer momento que tiene como protagonista la figura humana en el que ahonda en la fusión entre figuras que dan como resultado obras de gran singularidad. De la parte final de su vida son sus trabajos para murales de grandes formatos en diferentes contextos. Se muestran en esta exposición notables ejemplos de trabajos preparatorios como el que hizo para el Hotel de los Condestables en Burgos, ya que siempre mostró interés por la pintura mural, de gran soporte. También realizó otro mural en la Tabacalera de Sevilla.
En la primera sala, aparecen las obras de las ilustraciones y los dibujos, ya que Delhy era una “extraordinaria” dibujante, donde destaca la intimidad y la psicología con las personas. También, hay piezas con un sesgo más antropológico, donde muestra sus experiencias en los pueblos que visitó pero también al extranjero. También hay espacio para piezas con técnicas de experimentación.
La segunda sala, correspondiente a su etapa de la posguerra, recoge obras con una pintura gris, tras el impacto de desolación y ruinas que supuso su vuelta a España tras la contienda militar. Pero, sobresale el muralismo aunque Delhy comienza en esta etapa a experimentar con la geometría y hay alguna obras sobre los niños.
La comisaria de la muestra y conservadora del Museo Reina Sofía, Patricia Molins, apuntó, según recogió la Agencia Ical, que la elección del título de la exposición fue por que la geometría y el misterio definen el trabajo de Delhy, por su idea de ordenar el mundo y el sentido religioso y mitológico, que se reflejan en sus figuras de los ángeles. “Fue su manera de entender el arte”, precisó.
La inauguración de la exposición contó con la presencia de una de las sobrinas de la artista, Dolores Vila, quien reconoció que la familia ha decidido dar a conocer la obra de Delhy Tejero y comprobar que existe un interés “creciente” por ella. “Es una gran suerte y una gran responsabilidad por que no sabemos si la tratamos bien o acertamos”, confesó. Destacó el afán de su tía por formarse para poder vivir del arte pero también su valentía por abrirse en un mundo de hombres. De ahí que fuera considerada una mujer moderna.
Por su parte, el director del Museo Patio Herreriano, Javier Hontoria, aseguró que la exposición es una de las más importantes del centro en 2024, que ha supuesto un trabajo “intenso” y “ambicioso”. En este sentido, consideró que la muestra cumple el compromiso del museo de conectar con el presente y con la historia del contexto artístico de Valladolid y de Castilla y León.