Los piornos de Andavías arden bajo la advocación de Santa Águeda

Las águedas de este municipio zamorano cumplen la tradición del ‘Salto del piorno’, que aspira a convertirse en Fiesta de Interés Turístico Regional.
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La exaltación de las águedas, procesiones, bailes y cesión momentánea del bastón de mando son de común conocimiento por estas fechas pero si hay un lugar en el que Santa Águeda despierta emoción, historia y tradición es en Andavías, municipio situado a poco más de cuatro kilómetros al sureste de la capital zamorana.


El 6 de febrero, un día después de Santa Águeda, una treintena de mujeres mantiene una reunión privada para echar las cuentas con vistas al próximo año y, dos horas después, ataviadas con un traje tradicional con aire carbajalino, se disponen a saltar sobre una hoguera en la que crepitan matas de piorno. El fuego expone con intensos tonos amarillos y rojizos su capacidad de destrucción y de creación y las águedas van a dominar ambas posibilidades.


La hoguera se ubica cada año en un lugar del pueblo, lo más próximo posible a la vivienda de la mayordoma. Esta vez, toca frente al Pabellón Deportivo. Mientras se hacen los preparativos, hay baile al son de una dulzaina y un tamboril. Alguna de las águedas más hábiles se luce con el ‘baile de la botella’, haciendo auténticos malabares con las piernas mientras intenta no derribar una botella, centro neurálgico de esa extraña danza. Cuanto más cerca estén las piernas, más mérito tiene el baile.


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Bajo la advocación de Santa Águeda, las aguerridas mujeres esperan a que las llamas alcancen una altura que produce respeto. Las más jóvenes abren la tradición y son las primeras en saltar, aprovechando que los músculos todavía les permiten salir airosas del reto.


Cuando se va reduciendo la llama, tan amenazadora como purificadora, es el turno de mujeres de más edad. Todas saltan sobre el fuego y, si alguna necesita ayuda, la recibe al momento, aunque sea para saltar sobre una pequeña brasa y poder dar cumplida cuenta de la tradición.


Niños, músicos y no pocos hombres tan temerosos como esperanzados, saben que las águedas le cogerán, tarde o temprano, de la mano para invitarles al salto de fe y liberación. Eso sí, no pueden hacerlo por su cuenta y deben confiar en que una mujer les dará la autorización con ese gesto.


“Esto viene de muy antiguo. Mis padres y mis abuelos lo hicieron. Desde siempre. La Cofradía de Águedas es una de las más antiguas”, comenta el alcalde de Andavías, Antonio Iglesias. 


“Yo salté una vez. Me cogieron dos águedas, una de cada mano, y saltamos los tres sobre el fuego. Me sentí muy orgulloso”, reconoce.


El ‘Salto del piorno’ aguarda con paciencia a que la Junta de Castilla y León le otorgue el rango de Fiesta de Interés Turístico Regional ya que “tiene seguimiento, despierta interés y cuenta con una gran tradición”, reflejada en documentos del siglo XVIII. “Esperamos que algún día se consiga. Seguiremos luchando por ello”, asegura el regidor.