El modus operandi principal del grupo era la sustracción de los catalizadores accediendo a los bajos del vehículo estacionado y después cortar la pieza con una radial. Igualmente, localizaban transportes con estas piezas para su posterior instalación en vehículos, con lo que lograban así la sustracción de una gran cantidad de unidades en un solo hecho, como el caso que dio origen a la operación, el de Simancas, y otro robo similar en la localidad de Tordesillas.
Las averiguaciones de los agentes llevaron a la comprobación de dos robos más en la provincia de Cádiz y otro en Málaga por este mismo grupo. Finalmente, la operación culminó con la detención del “cabecilla” en Murcia. Además, la Guardia Civil de Valladolid investiga a otra persona, gerente de una chatarrería, que presuntamente receptaba el material robado.
Los catalizadores tienen un cierto valor económico ya que se pueden vender a centros especializados dónde mediante un proceso complejo se extrae platino, paladio y rodio existente en el recubrimiento del catalizador, el cual sirve para convertir los gases nocivos en gases nobles o inertes que resultan menos contaminantes para el medio ambiente, haciendo que la adquisición de este tipo de piezas sea un lucrativo negocio.
Con la desarticulación de esta organización, la Guardia Civil mitiga un delito en aumento y que causa un gran menoscabo económico a las víctimas de dichos hechos. La coordinación de esta operación ha estado a cargo del Juzgado de Instrucción número 1 de Valladolid, en estrecha colaboración con la Fiscalía Provincial.