Desarticulada una banda criminal de estafas con tarjetas bancarias y petición de microcréditos con 18 detenidos

Se contabilizan 137 víctimas en todo el territorio nacional, ocho entidades financieras afectadas, con un montante de 87.000 euros.
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La Guardia Civil de Segovia desarticuló una organización criminal, con un total de 18 detenidos, cuatro de ellos considerados los organizadores de la trama, por estafas mediante la contratación de microcréditos a través de personas con vulnerabilidad económica. La amortización se realizaba a través de tarjetas bancarias clonadas o sustraídas. La directora general de la Guardia Civil, María Gámez, detalló que no se descartan nuevas detenciones, así como la aparición de más víctimas, de momento son 137 repartidas por todo el territorio nacional, con un montante de 87.000 euros.


Gámez explicó que la operación fue realizada por la Unidad Orgánica Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Segovia, tras la denuncia interpuesta por una de las víctimas que tuvo hasta siete cargos en su tarjeta de un crédito no solicitado.


Tras dos años de investigación, se desarticula la organización con un claro modus operandi. El grupo captaba a personas con graves problemas económicos, a los que animaba a pedir por internet microcréditos entre 400 y 800 euros. Las “mulas”, como así denominó Gámez, se quedaban con el 50 por ciento del importe y el otro 50 la organización, que además, se comprometía a hacerse cargo de la amortización del microcrédito.


Para llevar a cabo la amortización, usaban tarjetas bancarias que había clonado o que habían adquirido a carteristas, así como números de tarjeta por anuncios falsos en internet. Con ellas, realizaban los pagos a las entidades financieras. Cuando los dueños de las tarjetas se daban cuentan de los pagos incorrectos y se bloqueaban, por lo que no se hacían el resto de los pagos.


Según los datos aportados por la directora general de la Guardia Civil, se usaron hasta un centenar de tarjetas bancarias, con una estafa total de 87.000 euros. María Gámez remarcó el uso de las personas más débiles en esta cadena, los ciudadanos y las entidades financieras, así como personas de alta vulnerabilidad como mulas.