La operación, con 64 detenidos en toda España, desmanteló una extensa red de mulas bancarias que ponían a disposición de los cibercriminales sus cuentas bancarias para recibir las transferencias ilícitas.
Se contabilizan 137 víctimas en todo el territorio nacional, ocho entidades financieras afectadas, con un montante de 87.000 euros.