Renfe estima un coste de casi 1,3 millones por los 170 actos de vandalismo grafitero de Castilla y León

La compañía asegura que el pasado año se pintaron 4.054 metros cuadrados de elementos ferroviarios de la Comunidad.
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Renfe estima que los 170 actos de vandalismo grafitero registrados durante el pasado año en Castilla y León tendrá un coste directo de casi 1,3 millones de euros. Además de los gastos por la propia limpieza de trenes se suman los indirectos, como son la inversión en seguridad, tanto de personal como de otros sistemas de videovigilancia, como la futura implementación de drones.


Según informó hoy la operadora ferroviaria, el vandalismo grafitero supuso en 2022 un coste para la empresa de 25,2 millones de euros, lo que supone más de 69.000 al día. El año pasado, los vándalos se pintaron cerca de 80.000 metros cuadrados de superficie en trenes, de los que 4.054 se hicieron en Castilla y León. Además, se denunciaron 3.559 intrusiones de grafiteros en las instalaciones ferroviarias, lo que representa una media de cerca de diez al día, y se emplearon 10.500 horas de trabajo en limpieza de trenes.

Igualmente, el año pasado el personal de seguridad de Renfe detuvo a 33 grafiteros y las fuerzas y cuerpos de seguridad pusieron a disposición judicial a 150. Además, la compañía indicó que la presencia de personal de seguridad de Renfe evita que las pintadas sean de mayor dimensión además de abortar el año pasado 729 incursiones grafiteras.


Asimismo, explicó que la pintura utilizada por los grafiteros, cerca de 16.000 litros aproximadamente, está compuesta sustancias tóxicas como el benceno o el 1,3-butadieno) que comportan efectos nocivos sobre el medio ambiente y las personas. Esta cifra supone unos 40.000 botes de pintura (residuo peligroso contaminado). Además, su retirada obliga a movilizar los trenes hacia los centros de limpieza, con un consumo eléctrico de 400.000 kilovatios hora, que equivalen a 36 millones de bombillas encendidas durante una hora o abastecer el consumo de más de 44.000 hogares durante un día.


Finalmente, Renfe recordó que los viajeros sufren también retrasos y trenes suprimidos por carencia de visibilidad o grafitis en los elementos de seguridad que impiden la circulación, “frenazos” de emergencia para pintar en medio de un trayecto o el olor de este producto químico que es "muy molesto".