Según explican en un comunicado, la presentación pública de esta plataforma y la lectura del manifiesto del sector forestal madera será el próximo día 18 de mayo en la Feria de Muestras de Valladolid.
En concreto, esta plataforma está impulsada por los principales actores de la cadena de valor del sector forestal en Castilla y León (más de 6.000 propietarios forestales; más de 2.600 empresas y 12.600 empleos) que, representados por la MIMCYL-Mesa Intersectorial de la Madera de Castilla y León, surge con el objetivo de empoderar al sector forestal en la Comunidad, y favorecer su desarrollo integral, hasta posicionarlo como el sector estratégico que es.
"EN PELIGRO"
Pero también realizan esta advertencia: “Si la Junta de Castilla y León no moviliza madera ya, está en peligro la subsistencia de la industria forestal, y por tanto de todo el sector en nuestra región”. La crisis de las materias primas y la guerra producida por la invasión de Rusia a Ucrania aceleran la necesidad de aprovechar nuestra madera ante la baja disponibilidad global, explican.
“Un recurso actualmente disponible de cercanía que no se moviliza por la falta de foco de una Administración que no entiende el potencial estratégico del territorio forestal que gobierna”, afirman.
Además, señalan que, tras varios intentos de interlocución con la administración en los que advierten de las consecuencias de este desabastecimiento de madera por causa de la “pasividad” en la toma de decisiones administrativas, consideran que “la situación es insostenible”.
“Nos unimos para hacernos fuertes, impulsarnos y aprovechar el gran valor que atesora nuestro territorio. Y así poder poner a funcionar un sector clave para mejorar la vida de las personas de Castilla y León”, recoge el Manifiesto, en el que se acusa a la Junta de “discriminación política” a la hora de legislar.
Castilla y León cuenta con la mayor superficie forestal certificada de España, con casi 727.400 hectáreas de bosques , que representan casi el 33 por ciento del total nacional. Asimismo, es puntera en la producción de biocombustibles sólidos, como pellets (250.000 toneladas al año) y astillas (300.000 toneladas).