Juan Carlos Suárez-Quiñones: “Castilla y León será una comunidad pionera en España y en Europa en extender a toda la población que vive en nuestros pueblos la depuración de sus aguas residuales”

Para el consejero de Fomento y Medio Ambiente, un reto principal en la Comunidad es el de “movilizar” a la población, al tejido empresarial y a las organizaciones sociales para avanzar hacia “la sostenibilidad, impulsando la bioeconomía y la circularidad”
|

20210210 CONSEJERO DE FOMENTO 112 Y PROYECTO EUROPEO (2)


La situación de emergencia climática “requiere respuestas ambiciosas y transformadoras”. Así lo considera el consejero de Fomento y Medio Ambiente, quien nos habla de los compromisos de la Junta de Castilla y León para mejorar el entorno y reforzar la calidad de vida de los habitantes de la Comunidad. El Mapa de Ordenación del Transporte, los incendios, la nueva estrategia de Especialización inteligente, la calidad del aire, el lobo… Suárez-Quiñones repasa la actualidad de los proyectos en los que trabaja la consejería que encabeza. 


PREGUNTA. La Cumbre sobre el Clima que se celebró en Madrid en 2019 propició una ola de compromiso contra el cambio climático en todos los sectores y en la sociedad que la pandemia, en cierta forma, arrasó. ¿Ve posible volver a recuperar esa implicación por parte de todos?


RESPUESTA. Considero que la transición hacia un modelo más sostenible y más responsable se ha iniciado y ya no va a parar, no tiene vuelta atrás; nos encontraremos con dificultades y con algunas fases de ralentización, pero el objetivo está marcado y resulta imprescindible alcanzarlo.

El compromiso ambiental de la sociedad y los gobiernos europeos está aportando, sin duda, el impulso que el mundo necesita para avanzar en este reto; y creo que los españoles, y en particular los ciudadanos de Castilla y León, estamos cada vez más sensibilizados con el uso responsable de los recursos y en la lucha contra el cambio climático.


P. ¿Cree que, en general, los ciudadanos de Castilla y León somos respetuosos con el medio ambiente?


R. Creo que los ciudadanos de Castilla y León respetan nuestro medio ambiente: después de muchos años de formación y divulgación ambiental. Somos una sociedad madura en este aspecto, capaz de conservar nuestro valioso patrimonio natural y consciente de la necesidad de progresar hacia nuevos modelos de producción y consumo en un futuro muy próximo.


Me gustaría destacar aquí algunos datos que ilustran lo anterior: Castilla y León genera una huella ecológica positiva, necesitamos para cubrir nuestras necesidades una superficie inferior a la disponible (4,23 hectáreas globales/habitante cuando disponemos de 5,60, un 24,5% menos), por lo que generamos un excedente ecológico de 1,37 hectáreas globales/habitante.Además, nuestro importante patrimonio forestal absorbe cada año casi 7 veces la cantidad de CO2 que emitimos a la atmósfera 24,3 MTn, un 47% menos que en 2004.


P. ¿Qué podemos hacer cada uno de nosotros para contribuir a que el mundo sea más habitable?


R. Debemos ser cada día más responsables en nuestro comportamiento individual. El compromiso social es, en realidad, la suma de los compromisos individuales. Esta responsabilidad nos llevará a mejorar en nuestra movilidad, a consumir productos más sostenibles, a utilizar energía más renovable, a reciclar más y mejor… En suma, a ser mejores ciudadanos e implicarnos activamente en la defensa del planeta. Y para que nuestros compromisos individuales sean efectivos, las instituciones debemos plantear objetivos ambiciosos; realistas, posibles, comprometidos…, pero ambiciosos; el planeta necesita de ambición climática para subsistir.


P. A su juicio, ¿qué tiene más peso, la responsabilidad individual en la lucha por el medio ambiente o las propuestas de las instituciones al respecto?


R. Ambas son imprescindibles y se retroalimentan: fijar objetivos ambientales y establecer las líneas de actuación para conseguirlos es básico para canalizar los esfuerzos individuales.


Pongamos un ejemplo: la comunidad científica ha fijado el aumento máximo admisible de la temperatura del planeta en 1,5 ºC en 2050, y ese objetivo ha determinado multitud de objetivos sectoriales para conseguir su cumplimiento: reducción, respecto a 2010, del 45% de las emisiones de CO2 en 2030 alcanzando la neutralidad carbónica en 2050, para lo que es preciso sustituir los combustibles fósiles en la generación eléctrica, térmica y en el transporte, reducir la generación de metano, aumentar la circularidad de nuestros procesos productivos etc., lo cual nos lleva a adquirir/alquilar un vehículo eléctrico, conectarnos a una red de calor con biomasa, separar la materia orgánica en nuestros residuos o adquirir productos reacondicionados para aumentar su vida útil.


Un objetivo global genera una cadena de objetivos sectoriales cuyo cumplimiento final depende de nuestro compromiso individual, y la suma de éstos hace el colectivo. 


P. ¿La convivencia entre la sostenibilidad y la economía en nuestra Comunidad supone una utopía o verdaderamente resulta posible?


R. La sostenibilidad de nuestro modelo económico no sólo es perfectamente alcanzable, sino que resulta absolutamente imprescindible hacerlo. La sociedad, a lo largo de la historia, ha superado grandes retos, la sanidad y la alimentación son dos de los más importantes, y siempre lo han conseguido gracias a la tecnología y a la colaboración, las mismas recetas que debemos aplicar ante este importante desafío climático.


En Castilla y León tenemos experiencias históricas sumamente valiosas (nuestros montes y su modelo de explotación sostenible son un buen ejemplo), pero sobre todo avances recientes muy notables, como en la implantación de energías renovables, de las que somos la primera región productora del país y con un balance positivo, que nos permite exportar energía a otras regiones, pues cubrimos nuestra demanda de energía con fuentes renovables y hay un excedente que se exporta. Lo mismo podríamos decir del uso de la biomasa forestal, aspecto que hemos desarrollado intensamente en los últimos años hasta convertirnos en referencia nacional.


P. El cambio climático previsiblemente impactará en los incendios forestales haciéndolos más virulentos. ¿Qué propone la Consejería que encabeza para afrontar esta problemática?


R. El riesgo de incendios forestales es creciente, no sólo por el cambio climático, sino especialmente por los cambios en el uso del territorio: por la recuperación de los bosques y la vegetación natural y por los cambios en el paisaje, que nos preocupa sobre todo en las áreas de interfaz urbano forestal.


Ante esa situación, la Consejería de Fomento y Medio Ambiente trabaja con las Administraciones locales y el Gobierno de la Nación en el refuerzo y la mejora de nuestros operativos de extinción; pero sobre todo en la implantación de la gestión forestal sostenible y en el diseño de paisajes más resilientes y menos combustibles. La clave para nosotros estriba en generar valor en el territorio, pues estamos convencidos de que arde lo que se abandona y no se valora; pero cuando apreciamos algo, lo protegemos, tanto individual como socialmente. Y de ahí que insistamos en generar actividad económica en el territorio, movilizando los recursos forestales, a través de programas como el de movilización de los recursos forestales, apoyando la ganadería extensiva a través de diversas líneas de ayuda para la mejora de las explotaciones ganaderas, y trabajando por la bioeconomía, tanto la basada en los recursos silvestres como en la actividad agraria y la ganadera.

20210210 CONSEJERO DE FOMENTO 112 Y PROYECTO EUROPEO (5)

P. Suárez-Quiñones acuñó el concepto “ecologistas de asfalto” para defender la caza del lobo. Hay quien dice que en este tema existe mucha ignorancia y también política y negocio. ¿Cuál es su opinión?


R. La cuestión del lobo es muy sensible y se está utilizando para imponer una forma muy particular de relacionarnos con las especies de la fauna silvestre, que las considera valores absolutos, obviando la imprescindible coexistencia con la especie humana.


Para la Junta de Castilla y León, como para el resto de las comunidades autónomas que gestionan más del 98% de las poblaciones de lobo, es fundamental que las decisiones administrativas se basen en el conocimiento científico-técnico y en la correcta evaluación de las poblaciones, que se cumplan las leyes que nos hemos dado y que en todo momento se actúe buscando el consenso y escuchando a todas las partes afectadas, entre las que destaco a los titulares de explotaciones ganaderas y a las organizaciones profesionales agrarias. Esto lo pensamos Castilla y León y también Galicia, Asturias, Cantabria, y hasta 10 Comunidades Autónomas y la Ciudad Autónoma de Ceuta, es decir, la mayoría de las 19 Comunidades y Ciudades Autónomas de España, pero existe una cerrazón en el Ministerio de Transición Ecológica y para el Reto Demográfico a abrir un puente de diálogo sobre este tema con más de media España y en esa mitad, las Comunidades Autónomas que tenemos el 98% de los lobos.


En las decisiones adoptadas no creo que haya negocio, pero sí una forma singular de entender la acción política, que evita la concertación y el diálogo, incluso con los del mismo partido. Y, más que ignorancia, percibo voluntad de obviar el conocimiento técnico y científico, y de imponer criterios radicales de quienes pueden proporcionar más rédito electoral o con los que hay compromisos o afinidades políticas.


P. Sin abandonar el medio rural… La conexión entre las zonas más despobladas y el medio urbano no supone una cuestión de comodidad, sino un derecho para todos los vecinos. El tren sería una solución que implica una elevada sostenibilidad ambiental: ¿sería posible que algún día todos los pueblos de Zamora y la Comunidad estén conectados por este medio de transporte?


R. La primera cuestión imprescindible para llegar a la conectividad rural mediante ferrocarril es la recuperación de las frecuencias y expediciones que se han perdido por el COVID-19. Es hora de volver al nivel de servicios anterior a la pandemia y así se lo hemos demandado al Gobierno de España. La reducción de servicios ferroviarios está incidiendo negativamente en la movilidad rural y la pandemia no debe ser excusa para mantener la supresión de servicios deficitarios, pero muy integrados en la conectividad de nuestros pueblos. La rentabilidad en el transporte no sólo tiene que ser económica, sino también social y medioambiental. El transporte ferroviario es eficiente medioambientalmente y cuando estamos hablado de cohesionar territorialmente a nuestra Comunidad y España, la rentabilidad está más que justificada al margen de lo económico.


Lógicamente el tren no puede llegar a todos los sitios y nuestra propuesta es lograr una intermodalidad entre el tren y el autobús. Tenga en cuenta que el autobús es el medio de transporte con mayor capilaridad y que puede llegar a todos los núcleos de población con una mayor eficiencia -máxime con el modelo de transporte a la demanda, en el que somos pioneros-. Por lo tanto, debemos establecer sinergias entre el autobús y el tren creando flujos de movilidad que conecten mediante el autobús los núcleos de población más pequeños y permitan la intermodalidad con las estaciones de trenes con relaciones ferroviarias de media distancia a las capitales de provincia o núcleos de influencia. Este es el modelo que planteamos en el nuevo Mapa de Ordenación del Transporte que aprobaremos próximamente y que será el preludio de una gran transformación y modernización del transporte público de viajeros por carretera.


P. Recientemente se estrenaba en la localidad salmantina de Santa Marta el primer autobús 100% eléctrico que se incorpora al transporte metropolitano en Castilla y León y que se probará durante tres semanas. ¿Qué se pretende con este experimento?


R. Bueno, no se trata de ningún experimento, el objeto es testar el comportamiento de un autobús bajo integral clase I, 100% eléctrico, en una línea que forma parte del Plan Coordinado de Explotación del Transponte Metropolitano de Salamanca. Supone la realización de pruebas técnicas para determinar el comportamiento de vehículos con energías alternativas (cero emisiones, ya sean eléctricos o de hidrógeno), en una línea metropolitana. Téngase en cuenta que en el transporte urbano estos modelos de propulsión no basados en combustibles fósiles están muy testados, pero en el transporte fuera de la ciudad, con más distancias, la garantía de su funcionamiento óptimo durante todo el tiempo de funcionamiento de las rutas precisa pruebas rigurosas. El caso por el que me ha preguntado es la primera prueba que se realiza con un vehículo 100% eléctrico en una ruta metropolitana en Castilla y León.


El autobús se ha testado durante 21 días y los resultados que se han obtenido serán analizados y permitirán determinar el tipo de energía cero emisiones más adecuado a las necesidades del transporte y serán tenidos en cuenta a la hora de establecer las exigencias en materia de flota que han de recogerse en los pliegos de las futuras licitaciones de los transportes metropolitanos en Castilla y León. 


P. ¿Qué medidas o acciones impulsa actualmente la Consejería de Fomento y Medio Ambiente para favorecer la descarbonización (transición verde) y la digitalización (transición digital) del sector de la construcción? ¿Qué queda por hacer en este terreno?


R. El sector de la construcción, desde el punto de vista de sus emisiones de gases de efecto invernadero, es uno de los sectores que la Comisión Europea ha denominado “difusos”, porque sus emisiones son generadas por un número muy elevado de operadores económicos y su distribución territorial varía con el tiempo y se encuentra muy repartida.


Consciente de ello, desde el Gobierno Mañueco, en los próximos cinco años, y sólo para rehabilitación energética, vamos a poner a disposición de la ciudadanía, a través de diversas líneas de ayudas adscritas al componente 2 del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, más de 160 millones de euros. Estamos ante una oportunidad histórica. Me estoy refiriendo, en concreto, a las ayudas para la rehabilitación de barrios, de edificios, de viviendas y para la redacción del libro del edificio existente. Todo ello se enmarca en el cumplimiento de los objetivos definidos en la Estrategia “Renovation Wave” (Ola de renovación) aprobada por la Comisión Europea en octubre de 2020 y que persigue duplicar la tasa de renovación en los próximos 10 años (alcanzar los 35 millones de edificios renovados en 2030). El objetivo es mejorar la eficiencia energética de los edificios para mejorar la calidad de vida de las personas, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de Europa, fomentar la digitalización y mejorar la reutilización y el reciclaje de materiales. En estos momentos, España rehabilita a una media de 25-30 mil viviendas por año y tiene que alcanzar 1,2 millones de viviendas en el año 2030. Un gran reto y una gran oportunidad, pues se estima que con ello se crearán 160.000 puestos de trabajo verdes adicionales en el sector de la construcción.


Además, el de la construcción es un sector en el que la digitalización ha penetrado bastante menos que en otros ámbitos de la actividad económica, como la industria y la mayoría de los servicios. Y no podemos olvidar el gran impacto y la pérdida de actividad que generó la anterior crisis económica, acentuado por la pandemia antes de que llegara a recuperarse.


Por estos motivos se ha considerado un sector prioritario en la nueva Estrategia de Especialización Inteligente de Castilla y León, la RIS3-2027, que la Junta acaba de aprobar. Y hemos colaborado con la Consejería de Economía y Hacienda y el resto de los departamentos de la Junta en la elaboración de un Plan Sectorial del Hábitat, de la mano de las organizaciones del Diálogo Social, el clúster AEICE de Hábitat Eficiente y la fundación CESEFOR.


Y atendiendo las demandas de los representantes sectoriales, que participaron muy activamente en la elaboración del Plan, se ha previsto impulsar un nuevo modelo de construcción y de hábitat, más integrado con el entorno, de menor consumo energético, y que mejore y refuerce la calidad de vida de los habitantes de Castilla y León. Vamos a potenciar la construcción con madera, la eficiencia energética y un urbanismo que reduzca la movilidad e incremente las zonas verdes y la integración con nuestro extraordinario patrimonio natural. Esto proporcionará oportunidades para el desarrollo de las cadenas de valor del sector forestal, lo que contribuirá a reducir los incendios, de los que antes hablábamos. Finalmente, apoyándonos en la Compra Pública Innovadora y en la colaboración con las empresas, potenciaremos la digitalización y la industrialización de la construcción y las herramientas digitales que ya están disponibles.


He de recordar aquí también que desde la Junta de Castilla y León llevamos ya años apoyando al sector en su proceso de modernización y digitalización. Desde la Consejería de Fomento y Medio Ambiente consideramos que hay que fomentar la formación inicial de los trabajadores del sector de la construcción y del subsector de la rehabilitación, adecuando los perfiles a las nuevas necesidades del mercado (industrialización, digitalización, monitorización, mantenimiento de instalaciones de energías renovables, etc). La integración de las metodologías BIM (Bulding Information Modeling), LEAN (construcción más eficiente) y IPD (Integrated Project Delivery) en la construcción es fundamental para ahorrar en costes. Invertir en tecnología y conocimiento es competitividad.


Además, mantenemos varias líneas de ayudas con las principales asociaciones y entidades del sector para mejorar la formación del sector en este campo. La Fundación Laboral de la Construcción cuenta con nuestro apoyo para la realización de actividades formativas, tanto en metodología BIM como en técnicas de intervención rehabilitadora, y el Cluster de Habitat eficiente “AEICE” (Agrupación Empresarial Innovadora para la Construcción Eficiente) realiza también con nuestra ayuda financiera talleres formativos para la mejora de la competitividad de las empresas mediante la digitalización.


Y dentro de la política de estímulo al sector, me gustaría, por último, mencionar que acabamos de convocar la 9ª edición de los Premios de Construcción Sostenible en colaboración con el Instituto de la Construcción de Castilla y León. Una convocatoria que pretende un año más (llevamos 18) distinguir aquellos proyectos y actuaciones de construcción que cuenten aspectos relevantes, innovadores y de integración que permitan demostrar su comportamiento sostenible y su contribución a la revitalización y mejora de la calidad del espacio y la biodiversidad en los entornos urbanos y rurales. Este premio, totalmente consolidado en el ámbito nacional, ha convertido a Castilla y León en un verdadero referente de la construcción eficiente energéticamente.


P. ¿Qué iniciativas está implementando la Junta de Castilla y León para mejorar la calidad del aire en la Comunidad?


R. En primer lugar, me gustaría destacar que la calidad del aire en Castilla y León es buena, y en muchos lugares, excelente. En los últimos 12 años no hemos tenido episodios de superación de valores límite de contaminantes relevantes en nuestras ciudades; a pesar de ello, trabajamos intensamente en el control de los parámetros que determinan estos valores y en su mejora.


En el ámbito del control, mantenemos una red de 54 estaciones funcionando 24 horas al día los 365 días del año; todas estas estaciones están dotadas de equipos analíticos homologados y certificados, lo que permite asegurar la calidad de los más de 3 millones de datos procesados anualmente y, con ello, la calidad de la información que proporcionamos a los ciudadanos.


En el ámbito de la mejora, destacar que la Junta de Castilla y León, a propuesta de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, aprobó en junio de este mismo año la Estrategia de Mejora de la Calidad del Aire en Castilla y León 2020-2030, que servirá para lograr reducir la contaminación atmosférica mediante una serie de medidas que implican a todos los sectores, pero especialmente al transporte, la industria y la agricultura y ganadería.


El principal objetivo de esta Estrategia es conseguir cumplir en Castilla y León los objetivos de calidad del aire marcados por la Organización Mundial de la Salud, unos valores que son más exigentes que los que las normas vigentes imponen. Lo haremos para todos los contaminantes medidos, excepto para el ozono, cuya complejidad (es un contaminante secundario) y falta de conocimiento científico de su comportamiento, exigen desarrollar actuaciones específicas.


En esta línea, antes de finalizar 2021 aprobaremos un Plan Específico para el Ozono, que hace especial hincapié en medidas de autoprotección unido a medidas de divulgación y conocimiento ciudadano de este contaminante, así como medidas de reducción de las emisiones de precursores del ozono, aunque es conocido que gran parte de estos precursores provienen de fuera de la región y las actuaciones deben ser consideradas en el marco de un Plan Nacional.


P. Por otro lado, ¿qué se está haciendo en materia de residuos?


R. En materia de residuos nos encontramos en un período de gran cambio y de muchos retos. Se está trabajando principalmente en dos flujos de residuos: los residuos domésticos y comerciales, y los residuos de construcción y demolición.


En relación con los residuos domésticos, el reto es conseguir aumentar de aquí a finales de 2023 la recogida de la fracción orgánica de los residuos domésticos y su tratamiento por separado. Para ello se ha definido un nuevo modelo estratégico de gestión que se basa en dos acciones principales: Por un lado, el fomento del compostaje doméstico y comunitario, pues esta opción es la más adecuada en amplias zonas de nuestra comunidad, en las que la densidad de población es muy baja, los núcleos de población reducidos y la distancia a los centros de tratamiento es muy importante. En esta línea se han implantado ya desde el año 2018 en torno a 40 instalaciones en el marco de un Proyecto piloto de compostaje; se han elaborado guías y manuales, y actualmente se está formando a 70 operarios para el seguimiento, control y manejo de estas zonas. De otro lado, el fomento de la recogida selectiva de biorresiduos mediante un quinto contenedor y su tratamiento por separado: para el fomento de esta actuación, cuya competencia es de la administración local, se están gestionando fondos europeos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, siendo los conceptos financiables, la implantación de la recogida separada de esta fracción de los residuos domésticos en poblaciones de más de 10.000 habitantes y la adaptación de los Centros de Tratamiento de Residuos al reciclaje de estos biorresiduos recogidos separadamente.


En el caso de los residuos de construcción y demolición se pueden destacar tres actuaciones fundamentales: la restauración de áreas degradadas por el vertido de residuos inertes, con actuaciones en las nueve provincias de la Comunidad; la elaboración de un decreto sobre la producción y gestión sostenible de los residuos de construcción y demolición, cuya principal novedad es que establece porcentajes obligatorios de uso de áridos reciclados en la obra pública de la Administración de la Junta de Castilla y León -este Decreto se encuentra en fase final de tramitación-; y la publicación del Catálogo de obra pública sostenible, en el que se aportan datos de 25 obras en las que se han consumido áridos reciclados con el objeto de visibilizar el uso de estos materiales y dar ejemplo y confianza al mercado.


20210210 CONSEJERO DE FOMENTO 112 Y PROYECTO EUROPEO (21)

P. El Consejo de Gobierno aprobaba hace unas semanas la Estrategia de Economía Circular de Castilla y León para un ámbito temporal hasta 2030, alineándose con el 'Plan de Acción de la Unión Europea para la economía circular’ ¿Cuáles son los objetivos concretos? ¿Ve posible que se cumplan o resultan demasiado ambiciosos?


R. El objetivo de la Unión Europea, al que está dirigido también la Estrategia de Castilla y León, es conseguir la neutralidad climática y la plena circularidad de la nuestra economía en el horizonte del año 2050. Ambos objetivos están estrechamente ligados, ya que sin economía circular no será posible mantener el incremento de temperatura del planeta por debajo de 1,5ºC. Es un objetivo muy ambicioso, pero la situación de emergencia climática requiere respuestas ambiciosas y transformadoras.


Dicho esto, la Estrategia de Economía Circular es parte de esta respuesta, pues la forma en que producimos y consumimos bienes y alimentos, y generamos residuos es responsable del 45% de las emisiones de CO2. Para ello se ha articulado un conjunto de 76 medidas con el objetivo principal de impulsar un modelo de innovación que priorice la eficiencia global de los procesos productivos y de los productos y al mismo tiempo la reducción del consumo de materias primas, agua y energía.


La Estrategia también se plantea como objetivo fundamental desarrollar nuevos materiales, preferentemente de origen renovable y en un marco de bioeconomía circular, lo que ofrece grandes oportunidades para nuestra región, rica en recursos naturales renovables, y especialmente para la vertebración del medio rural.


También es necesario implantar la cultura "residuo cero" en el ecosistema económico y en la sociedad y promover un modelo de consumo responsable, basado en la durabilidad de los productos y en la satisfacción de necesidades frente a la posesión.


Con ello, esperamos impulsar una transformación profunda de nuestra economía, que contribuya a aumentar la competitividad y la resiliencia de nuestro territorio ante los retos de la economía global, impulsando la creación de empleo y de nuevas empresas y fortaleciendo las existentes a través de su transformación hacia la circularidad.


P. ¿Qué otros retos tiene aún por delante su Consejería en materia medioambiental?


R. Como reto concreto de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente conviene destacar uno de los pilares del programa de protección del medio ambiente en el ámbito municipal, como es la depuración de aguas residuales en el medio rural. Después de haber cumplido con la puesta en marcha de estaciones depuradoras de aguas residuales en los municipios de más de 2.000 habitantes, la Junta de Castilla y León ha emprendido, ya en marcha, un ambicioso programa para depurar las aguas residuales de los municipios entre 500 y 2.000 habitantes equivalentes, con la colaboración de las Diputaciones Provinciales y los Ayuntamientos. Este programa de actuaciones está previsto para unas 300 depuradoras en Castilla y León, con una dotación financiera de 143 millones de euros. A su vez, desde la Consejería ya se está trabajando en proyectar la depuración de las aguas residuales de los municipios de menos de 500 habitantes equivalentes, lo que derivará en que Castilla y León sea una comunidad pionera en España y en Europa en extender a toda la población que vive en nuestros pueblos la depuración de sus aguas residuales.


Una vez destacado este programa esencial de la Consejería, como marco general el principal reto que tenemos en la Comunidad es el de movilizar al conjunto de la población de Castilla y León, a nuestro tejido empresarial y a las organizaciones sociales para avanzar hacia la sostenibilidad, impulsando la bioeconomía y la circularidad. Y en ello juega un papel fundamental la educación ambiental y que me parece crucial para conseguir que el esfuerzo sea amplio, compartido y colaborativo.


Finalmente, la colaboración de los medios de comunicación en esta tarea de sensibilización y de promoción de nuevos hábitos, más sostenibles, me parece decisiva.