El municipio holandés de Urk no se vacuna contra el coronavirus porque confía en Dios y en el pescado

​La mayoría de los habitantes de este pueblo viven de la pesca
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Urk


La mayoría de los habitantes de este pueblo viven de la pesca, raro es el ciudadano que no tiene un barco amarrado en el puerto de la población y también esa mayoría tiene una afición, acudir casi todos los domingos a misa.


Este municipio, el más diminuto de la provincia de Flevoland, en el que se vota a Unión Cristiana, al cristianodemócrata CDA y a los calvinistas ortodoxos del SGP tiene otra característica, ser uno de los municipios marcado en el mapa de los Países Bajos como un punto rojo, ya que sus ciudadanos piensan que el coronavirus se cura comiendo pescado y yendo a misa.


"No es que nos creamos mejores en Urk o que no queramos escuchar al Gobierno. Queremos obedecer, pero dentro de los mandamientos de Dios. Hacemos esto por la salvación de las almas de la gente. El contacto ha desaparecido, y no se tiene en cuenta el malestar psicológico del municipio", argumenta Hessel Snoek, de la iglesia Sionkerk. Escribió una carta a sus feligreses en primavera invitándolos a rezar y el alcalde se negó a intervenir por libertad de culto. El ministro de Justicia, Ferdinand Grapperhaus, él mismo del CDA, les transmitió otro mensaje: "pedimos a todos en Países Bajos, incluida la comunidad eclesiástica de Urk, que continúen haciendo un esfuerzo conjunto para combatir el virus".