El Instituto de Estudios Fiscales (IEF), un organismo de Hacienda, ha publicado recientemente un informe en el que se llega a la conclusión de que, con los datos actuales, la precarización del mercado de trabajo pasará factura a las mujeres, sin duda, el colectivo con empleo de peor calidad (más empleo temporal y parcial que en el caso de los hombres, quienes han podido cotizar más tiempo y por bases más elevadas).
Actualmente, la brecha de género en las pensiones equivale a un 35% (ellos cobran un tercio más que las mujeres por los factores apuntados con anterioridad). Esta situación obliga a las féminas a realizar un esfuerzo extra en lo que tiene que ver con el ahorro con vistas a su jubilación. El problema se agrava además si tenemos en cuenta que la esperanza de vida para las mujeres siempre ha sido mayor. Pese a todo, no todas lo hacen; de hecho, tan solo un 26 por ciento de las españolas reconoce que ahorra habitualmente.
Ante este panorama se hace necesaria la intervención no solo de los gobiernos central y autonómicos, sino de las entidades financieras, por ejemplo, para revertir esta situación. Caja Rural de Zamora toma nota de las circunstancias y desarrolla iniciativas para establecer esa igualdad necesaria que precisan las mujeres para mejorar su calidad de vida en la actualidad y, por supuesto, en el futuro.