Litos prosigue su lucha por la mejora de la Atención Primaria en el mundo rural y celebra su décima concentración reivindicativa

La plataforma local Por la Sanidad Pública, con un amplio apoyo de los hijos del pueblo que regresan en verano, baraja nuevas medidas de protesta y reclamaciones.

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Nueva semana de concentración, y van 10, para reivindicar que se detenga el deterioro de la Atención Primaria en el mundo rural. La plataforma Litos por la Sanidad Pública ha estado apoyada esta mañana por un centenar de vecinos y prosigue la recogida de firmas para reclamar, entre otras cosas, la vuelta al sistema de atención presencial sin cita previa, procedimiento habitual en los consultorios de los pequeños pueblos antes de la imposición de los protocolos de la pandemia.


Los vecinos piden que se elimine la necesidad de solicitar cita previa para la atención presencial, ya que en localidades con un número de cartillas tan limitado como en Litos la consulta no corre peligro de desbordamiento y, sin embargo, supone un importante escollo para las personas mayores, que son el grueso de la población en el mundo rural.


UN NUEVO PROBLEMA

A los condicionantes de la Atención Primaria en los pueblos (un día a la semana para consultorios con menos de 100 cartillas) y los protocolos impuestos por la COVID-19 (atención telefónica en primera instancia), se une un nuevo problema para los habitantes de Litos: al parecer, y pese a que los vecinos han insistido una y otra vez en que su protesta es ante las decisiones de la Administración Pública, y no ante la atención de los médicos y enfermeras, estos últimos parecen molestos con las concentraciones.


Así, los miembros de la plataforma han tenido que escuchar comentarios como “nos tenéis contentos, los de Litos” o los pacientes aguantar comportamientos que cruzan la raya de todo respeto personal. Este pasado domingo un matrimonio ha tenido que soportar que el doctor que les atendía en Urgencias, al conocer que eran de Litos, comenzara a aplaudirles irónicamente desde detrás de su mesa, no sin que antes pretendiera despachar al enfermo (fiebre y opresión en el pecho) con una receta de antibióticos sin ni siquiera haberle auscultado, y tras haber dado negativo en la PCR.


Los vecinos asisten estupefactos a este tipo de desplantes, y manifiestan su sorpresa no solo por la falta de empatía de los profesionales con sus enfermos, sino por el hecho de que parezcan estar molestos por una reivindicación, la del refuerzo de la atención sanitaria en el mundo rural, del que los sanitarios que desempeñan su labor en los centros médicos rurales serían los primeros beneficiados.


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