La directora de la Guardia Civil avisa sobre la doble discriminación a las mujeres rurales

​María Gámez considera que están más supeditadas al silencio y eso dificulta las llamadas a las fuerzas de seguridad en posibles casos de violencia de género.

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Cultivo mujer rural


La mujer rural está empezando a recibir el reconocimiento que merece. Esa parte de la sociedad que no tenía en cuenta la labor indispensable de esta figura imprescindible del campo comienza a tomar conciencia de su importancia. Por su parte, las intenciones de las instituciones y asociaciones también son halagüeñas para esas féminas que viven en pueblos pequeños y quieren emprender con el fin de cumplir con sus sueños.  


RED DE IGUALDAD DE MUJER RURAL

Un ejemplo de esta última reflexión lo encontramos en la Red de Igualdad de Mujer Rural, que prepara hasta una treintena de medidas pensadas para favorecer a miles de mujeres de la provincia de Zamora y del resto de la Comunidad. Entre estas iniciativas destaca la creación de un nuevo plan contra la violencia de género. Es, sin duda, uno de los puntos más relevantes de este programa.


Seguro que también lo es para María Gámez, la primera mujer al frente de la Guardia Civil, quien alertaba en las jornadas telemáticas Women Business & Justice European Fórum de la doble discriminación que sufren estas mujeres. Gámez, que participaba en este programa organizado por el Colegio de Abogados de Barcelona junto a las exministras Isabel Tocino y Beatriz Corredor, aseguró que en estas zonas la marginación es doble para la mujer, pues el techo de cristal, por su condición, es más bajo. Además, los cuidados se consideran "casi una obligación exclusiva" de ellas, por no hablar de que existe una mayor tasa de desempleo femenino


VIOLENCIA DE GÉNERO EN EL MUNDO RURAL

La directora de la Guardia Civil también aludió a los casos de violencia de género en el mundo rural. En estos casos, el "qué dirán" pesa mucho más que en las zonas urbanas, según Gámez. Este comportamiento estaría motivado por una mayor dependencia económica y un control familiar y social más intenso. Gámez manifestaba al respecto que se impone "la ley del silencio", lo que considera "demoledor", pues las víctimas no siempre llaman a las fuerzas de seguridad para que las asistan y protejan.