La Guardia Civil les investiga como presuntos autores de un delito continuado de maltrato animal.
"Me empotró la cara dos veces contra el cristal y el capó de un coche"
La perra presentaba un mal estado general, famélica y con heridas abiertas.
El Seprona comprobó que el perro había aparecido muerto con evidencias de violencia y que portaba microchip.