Miles de vecinos de centenares de localidades han tenido que ser desalojados, mientras las llamas han llegado incluso a devorar viviendas, además del medio natural. Así, el fuego ha afectado al paraje de Las Médulas, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, además de al Parque Nacional de Picos de Europa o a la Reserva de la Biosfera de Omaña y Luna.
En medio de esta situación, la Asociación Leonesa de Turismo Rural (Aletur) reclamó este lunes “medidas urgentes para proteger el territorio y el turismo rural”, después de que entre los damnificados por las consecuencias de los incendios se encuentren algunos de sus asociados, cuyos alojamientos rurales “han visto peligrar, o incluso perdido, parte de su medio de vida”.
“Es imprescindible que se adopten medidas de restauración y recuperación de los recursos naturales y turísticos para que nuestros pueblos puedan seguir siendo lugares vivos y atractivos”, señaló la asociación, consciente de que “la provincia de León ya sufre un grave problema de despoblación”, que “se agrava aún más con la destrucción de su entorno natural”.
Por ello, solicitaron “planes de apoyo al turismo rural como motor de desarrollo sostenible", que permitan "mantener el empleo, recuperar visitantes y proyectar una imagen de destino seguro y respetuoso con el medio ambiente”.
Mundileón
Mundileón es una agencia de viajes receptiva cuyo foco principal de negocio son las excursiones por la provincia de León. Su director, Manuel Benavides Sánchez, relata a la Agencia Ical que, desde que hace unos días comenzaran los incendios, “se han tenido que suspender todas las excursiones de la comarca del Bierzo”, así como “las de Picos de Europa y Riaño”, pero también las de Astorga, “porque la situación es preocupante”.
Sin embargo, las consecuencias de los incendios no se circunscriben solamente a las zonas directamente afectadas, sino que los clientes también están cancelando excursiones, por ejemplo, a la cueva de Valporquero, a pesar de que “a priori no sea una zona afectada”, ante “la incertidumbre y la cantidad de incendios que hay repartidos por la provincia”.
Todo ello está provocando que Mundileón se enfrente a “la pérdida total de ingresos”, con unas 250 excursiones canceladas hasta la fecha, mientras que no prevé lograr a recuperarlas “hasta finales de septiembre”, aunque Manuel Benavides Sánchez confía en que “se pueda retomar antes la actividad en las zonas afectadas”.
“Necesitamos que se declare de una vez en nivel 3 del IGR para que se nos pueda ayudar con todos los medios disponibles, porque lo nuestro es tan solo un tema económico, que al fin y al cabo queda en un segundo plano, pero la gente está perdiendo sus casas e incluso la vida”, remarca.
Aguas Frías
En la localidad de la Omañuela, a 25 kilómetros de Fasgar, Jesús del Río regenta la Casa Rural Aguas Frías, un complejo de turismo rural con varias casas que supone “uno de los muchos ejemplos de los negocios dañados por la situación”.
Después de que durante la noche se evacuara Fasgar y varios pueblos del Valle y a pesar de que “en este momento no hay ningún peligro”, muchos de los clientes alojados en las casas rurales han solicitado irse antes de tiempo, ya que “el humo y el olor no son los más adecuados”, además de que “tampoco les permite visitar la zona”, debido a que “obviamente no pueden conocer los lugares donde están los incendios, pero tampoco otros, porque hay humo en toda la provincia”.
Precisamente por ello, Jesús del Rio ha sufrido durante los dos últimos días una oleada de “cancelaciones masivas para lo que queda de verano”, pero también “cancelaciones a largo plazo que ni siquiera consultan”. Además, también gestiona apartamentos turísticos en León capital, donde “está pasando más o menos lo mismo” y “se están registrando cancelaciones incluso hasta septiembre, por el humo y la calidad del aire”.
Agoga
“Esto va a ser una catástrofe a nivel del turismo rural para todo León”, asegura Fina Gómez, propietaria del Complejo Rural Agoga, compuesto por alojamientos y restaurante y situado en el pueblo de Las Médulas, un lugar que "movía gente de todo el mundo, porque un Patrimonio de la Humanidad mueve muchísimo, pero nos están quitando todo lo que nos rodea”, lamenta.
Fina no quiere que Las Médulas sean una prioridad ante otros territorios porque “todos los pueblos tienen que ser tratados con el mismo respeto”, pero tiene claro que la diferencia está en que “en el Patrimonio Mundial tenían que haber evitado que pasara”, ya que “si el paraje hubiera quedado bien, al menos movería el turismo, daría vidilla y la capacidad para volver a resurgir”. Sin embargo, sin ello, “va a estar complicado”.
El Complejo Rural Agoga se ha salvado de las llamas “con toda la suerte del mundo”, pero “sí se han quemado los gallineros, el horno de leña o la propia leña de la chimenea” y su propietaria mira al futuro con “una incertidumbre total y absoluta”, aunque confía “ciegamente" en Las Médulas, que, "por sí solas han salido adelante”.
“Hay que saber reinventarse, pero tienen que ayudarnos las administraciones. No quiero ser prioritaria a nadie, pero pienso que de alguna forma tienen que hacer que resurgir todo eso”, traslada la mujer que se define como “medulesa de puro castaño” y que confía en que “la mina de oro siga siéndolo con trabajo y esfuerzo”. “Nos lo pusieron todo en bandeja cuando lo declararon Patrimonio de la Humanidad, pero no lo han sabido mantener y eso va a repercutir en todo León, no solamente en el Bierzo”, finaliza.