Asaja considera que toda la sociedad leonesa, y entre ella el mundo del campo, tiene que alzar la voz contra esta decisión de la empresa propietaria y a la vez exigir una opción de siembra para los agricultores que permita la rentabilidad de las explotaciones.
El sector agrario, señalan en un comunicado, es un damnificado de la política de la compañía, que ha llevado a una reducción del 40 por ciento en las siembras de remolacha en la provincia de León con respecto a la campaña anterior. Para los que han sembrado remolacha, añaden, los contratos son claramente a pérdidas y la escasa rentabilidad, cuando existe, proviene de la ayuda asociada al cultivo de fondos de la PAC (Política Agraria Común).