Desde ALANTRE nos personamos con las alegaciones del colectivo Cabrera Despierta, contra los macroproyectos eólicos Bierzo Wind I y II, cuyo plazo finalizó el pasado 14 de mayo en la Comunidad autónoma. Nuestros montes no pueden convertirse en un macropolígono energético para un suministro generalizado que no reportará beneficios a la economía comarcal y local.
Al contrario, es una vuelta de tuerca más en el proceso despoblamiento, y un paso atrás para un desarrollo del territorio basado en la actividad agraria o ganadera, así como en un turismo respetuoso con la riqueza cultural, lingüística, medioambiental y paisajística de nuestras comarcas. Por tanto, estos macroparques extractivos y especulativos no tienen nada que ver con un desarrollo equilibrado de las renovables, donde la energía debe estar en manos de las personas, favoreciendo modelos de autoconsumo que socialicen la energía y minimicen el impacto sobre el medio ambiente.
Proponemos un modelo basado en un equilibrio territorial donde la justicia climática no puede existir sin justicia territorial. Y denunciamos cómo los partidos estatales de izquierdas han callado en la planificación de metas cuantitativas en el despliegue de las energías renovables, en una expansión descontrolada en territorios periféricos como el nuestro donde la carencia de instrumentos propios de autogobierno, que limiten o no permitan su impacto, estén al servicio de un desarrollo sostenible y respetuoso.