Las investigaciones de los agentes de la Guardia Civil se iniciaron el pasado mes de abril, cuando una persona acudió al Acuartelamiento de Quintanilla denunciando ser víctima de una estafa y de una suplantación de su identidad, tras recibir varias cartas de diferentes entidades mercantiles que le reclamaban unas deudas que aseguró no haber contraído, y que ascendían a más de 1.400 euros, junto con los intereses correspondientes.
Las indagaciones de la Guardia Civil determinaron que el denunciante había pedido dos créditos y contratado los servicios de telefonía móvil, incluyendo varios terminales en modo ‘renting’. Para estas operaciones había abierto una cuenta bancaria donde se harían efectivos los créditos solicitados y los cargos correspondientes de telefonía. Igualmente, se acreditó que una vez recibidos los créditos y los terminales telefónicos, el denunciante procedió de inmediato a la cancelación de la cuenta corriente.
Las diligencias confeccionadas fueron entregadas al Juzgado de Instrucción de Guardia de la localidad de Valladolid.