Entran en funcionamiento los nuevos contenedores soterrados instalados en la Plaza del Cuartel Viejo

Continúan los trabajos de ejecución de los depósitos que se ubicarán en la Plaza de la Laguna.
|

Reciclaje


A partir de hoy entran en funcionamiento los siete nuevos contenedores soterrados que se han instalado en la Plaza del Cuartel Viejo, cuatro de fracción resto y tres para cada uno de los residuos reciclables: papel y cartón, vidrio y envases. En total serán doce las nuevas islas de depósito que se colocarán en distintos puntos de la ciudad, con la Plaza de la Laguna como el siguiente espacio en el que entrarán en servicio, según adelantó el concejal de Obras, Movilidad, Infraestructuras y Participación Ciudadana, Pablo Novo.


Con la entrada en servicio de los nuevos contenedores se da un impulso importante a la iniciativa puesta en marcha por la Concejalía de Obras para eliminar los contenedores de superficie dentro del casco antiguo y las vías más céntricas de la ciudad, con actuaciones previstas en varias calles una vez que la ponencia técnica de la Comisión de Patrimonio de este mes ya cuenta con las memorias y las solicitudes de permiso para proceder a realizar la cata arqueológica que permita colocar nuevos contenedores soterrados en la Cuesta del Piñedo, calle San Pablo y la Plaza Fernández Duro.


Foto 7


En cuanto a la capacidad de los contenedores, los de fracción resto tienen una cabida de 1.100 litros cada uno, mientras que los de recogida selectiva cuentan con una capacidad de 3.000 litros cada uno. Y respecto a sus principales características técnicas, tanto el cuerpo como la tapa están fabricados en polietileno rotomoldeado de doble pared, de 5 milímetros de espesor, con color en masa y máxima protección ultravioleta (UV).


Este tipo de construcción es muy robusta y no requerirá de grandes labores de mantenimiento o posibilidad de corrosión, y tampoco sufrirá las abolladuras típicas de los buzones metálicos, gracias a que el polietileno rotomoldeado tiene mayor elasticidad.


El objetivo fundamental que se consigue con esta iniciativa no es solamente el de reducir el impacto ambiental sobre el conjunto monumental. Con el soterramiento se mejoran también las condiciones higiénicas, disminuyen los malos olores y la posibilidad de abandonar las bolsas junto a los contenedores; se reducen barreras arquitectónicas debido a que ocupan mucho menos en superficie y no dificultan el tránsito para personas con movilidad reducida, al mismo tiempo que son más accesibles para todas las personas; y además, están más protegidos de los actos vandálicos y de las inclemencias meteorológicas, prolongando su durabilidad.


Foto 6