Según explican desde la Guardia Civil, durante la cacería, los canes atacaron al rebaño ovino de una explotación ganadera, y a consecuencia de las mordeduras, cuatro ovejas resultaron heridas, dos finalmente fallecieron, dos quedaron heridas y otras cinco desaparecieron. Los responsables de la explotación, que se encontraban en el paraje, salieron en defensa de las ovejas, y repelieron el ataque, acabando con la vida de uno de los cánidos. El propietario de este recuperó el cuerpo y presentó un informe veterinario que avalaba la muerte del perro, que presentaba fractura de los huesos del cráneo, lesiones provocadas por algún objeto contundente.
El Seprona de la Comandancia de Burgos inició, en aquella fecha, una investigación para esclarecer los hechos; el resultado de las múltiples entrevistas mantenidas y la verificación de la toda la información recabada, que fue debidamente contrastada, permite ahora la investigación de los ganaderos, como presuntos autores de un delito de maltrato animal con el resultado de muerte.
Se han intervenido dos varas de madera, tipo bastón, en posesión de los ganaderos, con las que presuntamente se golpearon al animal hasta su muerte. Las diligencias instruidas fueron entregadas en el Juzgado de Instrucción de Lerma (Burgos).