En marcha al son de la pasión

La música marca el tempo de la Semana Santa de Castilla y León gracias al virtuosismo de las bandas procesionales que, a golpe de corneta y tambor, acompañan los desfiles con ritmos, lúgubres o esperanzadores, pero de profunda solemnidad.
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Si la expresividad de las imágenes, el colorido de las túnicas y una cuidada puesta en escena son capaces de llenar ojo de los feligreses que viven a pie de comitiva la Semana Santa de Castilla y León, probablemente es el oído el sentido que más logra envolver al público en esa atmósfera de pasión verdadera que tiene toques aromáticos de incienso. La música marca el tempo de las procesiones castellanas y leonesas gracias al virtuosismo de unas bandas procesionales que, a golpe de corneta y tambor, acompañan los desfiles con ritmos, lúgubres o esperanzadores, pero de profunda solemnidad.


Algunas con cierta singularidad y una marcada vocación nómada, como la salmantina Agrupación Musical La Expiración que este año, además, cumple un cuarto de siglo en las calles. Tras sus dos dos primeras actuaciones en la Comunidad, con la Sagrada Cena en Valladolid el Viernes de Dolores y con la Hermandad de Jesús Despojado en Salamanca el Domingo de Ramos, inician ahora un periplo que les llevará a exportar su sus servicios a otros muchos lugares de la geografía nacional. “Viajamos tanto porque aquí hay poco apoyo, no te voy a engañar”, responde a Ical Tito Aparicio, el encargado de Relaciones Externas de La Expiración.


Así, este Martes Santo viajarán junto a la Hermandad del Señor Atado a la Columna hasta Arcos de la Frontera, en Cádiz, antes de recalar el Miércoles Santo en Moguer, provincia de Huelva, para actuar junto a la Hermandad de la Vera Cruz. El Jueves Santo estarán en Utrera junto a la Hermandad de la Trinidad y el Viernes Santo, donde ración con la Madrugada junto a la Hermandad de la Humildad de la Paciencia de Cabra, en Córdoba, y más tarde, viaje a Madrid para una procesión “de gran fervor” junto a la Hermandad de Medinaceli.


Formada por 75 músicos de diferentes edades, la agrupación lleva para este año un repertorio de 60 marchas procesionales bajo la dirección musical formada por Javier González y Jesús María Paredes. El pasado 5 de febrero ofrecieron su concierto XV Aniversario en el Centro de las Artes Escénicas y de la Música de Salamanca, en el que tuvieron como invitada la Agrupación Musical La Redención de Córdoba y pudieron estrenar sus nuevos uniformes. La compañía, muy experimentada, nació durante la primavera de 1999 de la fusión de otras dos: las agrupaciones musicales ‘OJE’ y ‘Almavera’, ambas de la capital salmantina.

Aparicio explica a Ical que la necesidad de cubrir gastos les invita a viajar a otras pasiones, sobre todo de Andalucía. “En Salamanca, por ejemplo, hace mucho frío y no podemos estar ensayando, como antiguamente, en la calle. Si llueve no puedes ensayar. Entonces, tenemos una nave de ensayo en el polígono del Tormes, que nos cuesta un dinero mensualmente. Nosotros vamos con un presupuesto sobre gasto. Tenemos tantos gastos al año, tenemos que sacar ese dinero como sea. A nosotros nos contratan por calidad. Este grupo de gente, con este repertorio, si estuviera en la calle sería inviable prácticamente, muy difícil, defenderlo”, señala.


Una calidad que les lleva tener “demanda” en otras zonas geográficas. “Primero, la banda gusta mucho. Segundo, nos apoyan económicamente. Esto es una asociación cultural, no dependemos de subvenciones. Si fuéramos una banda de cofradía, no habría problema, pero como somos una asociación cultural que se tiene que autofinanciar. Y es que aquí pagan un 90 por ciento menos de lo que cobramos en Andalucía. Y la música es universal. Si no ven el banderín, que pone Salamanca, podríamos ser del pueblo de al lado”, añade, matizando que los que les hace especiales como banda es el “feeling” entre los músicos, que hay “química”.


La Banda de Guerra

Otra agrupación musical singular, también con origen en Salamanca, es la Banda de Guerra del Regimiento Especial de Ingenieros, que lleva más de una década apoyando la Semana Santa tanto en la capital salmantina, donde sale acompañando al Cristo Yacente, como en Zamora, done pone la nota musical al desfile de La Lanzada de Longinos. El cabo primero Ricardo Guinaldo, responsable de la Banda de Guerra del REI 11 reconoce a Ical que para ellos ya es “una tradición” que está “muy arraigada” entre las tropas, dentro de lo que el Ejército denomina “cultura de defensa”, es decir, colaboraciones desinteresadas con la sociedad civil.


Así, además de los conciertos militares, que representan su principal actividad como agrupación musical, la Banda de Guerra del REI 11 acude a dar recitales a colegios o residencias de ancianos. También a festejos populares, como en Ciudad Rodrigo o Corrales del Vino, en la provincia zamorana. Formada por 25 miembros, todos ellos personal de la escala de Tropa, la compañía ha evolucionado desde las cornetas y los tambores hasta formar una verdadera banda de música. “Desde 2006 se intentó dar un pasito más, ir progresando. Se empezó a especializar a la gente, con todo el trabajo que conlleva porque, por ejemplo, solo tengo a dos que tienes estudios musicales. Y ya tenemos familia de viento metal, familia de viento madera y familia de percusión”, comenta.


El cabo primero Guinaldo explica que la acogida, tanto en la Semana Santa de Salamanca como en la de Zamora, siempre ha sido “muy buena” y el trato, por parte de las cofradías, “súper cordial”. “Los hermanos siempre han sido muy atentos con nosotros. Intentamos tener una colaboración lo más estrecha posible con ellos. Hace un par de semanas tuvimos la última reunión para que nos dijeran exactamente qué obras preferían y como lo querían. Ellos, dependiendo de la zona, solicitan marchas con más o menos ritmo, por ejemplo, si es cuesta arriba o si es un momento de mayor recogimiento”, resume.


El Ejército, no obstante, es una de las instituciones más queridas por la sociedad civil de Salamanca y así se lo hacen sentir en la calle durante las procesiones. “Por ejemplo, en las paradas es raro la vez que no se escucha un ‘viva España’. Aunque es un sitio que a lo mejor no es pertinente, no por el ‘viva España’, que eso para nosotros siempre es un orgullo, sino porque es una procesión donde hay mucha solemnidad y mucho silencio. Puede llegar a molestar, pero nunca hemos tenido queja. Y yo la percepción que tengo es que nunca ha habido ningún problema, todo lo contrario. Yo creo que lo espectadoras agreden que éste, que es su Regimiento, que llevamos aquí casi toda la vida, esté apoyando algo tan importante para Salamanca como la Semana Santa”, concluye.


Santísima Trinidad de Palencia

En Palencia, la banda de cornetas y tambores Santísima Trinidad está formada por 77 integrantes. Ensayan durante todo el año y para ellos, la Semana Santa es sinónimo de viajes. Su música se escuchará en la sobria y solemne Semana Santa castellana pero también en las multitudinarias procesiones de Andalucía. Actuarán en Palencia, Salamanca, Zaragoza, Sanlúcar de Barrameda, Cádiz, Mairena del Alcor, Chipiona, Lebrija y Guadalcanal.


El director de la banda, Julio Martín, destaca en declaraciones a la agencia Ical “el altísimo nivel de exigencia” que deben cumplir. “Las bandas en Andalucía tienen un peso enorme y se valora mucho su calidad musical. No les vale cualquier agrupación ni les gusta cualquier cosa. Sientes la presión pero también es algo positivo. Acudes sabiendo que debes cumplir con las expectativas que las cofradías demandan”. Martín explica además, que son las propias cofradías las que eligen el repertorio de marchas así como el momento exacto de la procesión en el que se deben tocar.


Esta banda palentina nació en el año 2016 tras la fusión de las agrupaciones musicales Padre Nuestro y Santísimo Cristo de la Buena Muerte. “Detrás de cada procesión hay muchísimo trabajo previo. No siempre es fácil para los músicos poder compaginarlo con su trabajo pero todo esfuerzo tiene su recompensa. De hecho, ya tenemos procesiones contratadas para la Semana Santa de 2025”, asegura orgulloso el director.