Rubén Prieto: "El Campeonato de España ha sido, quizá, el momento más inolvidable de mi carrera"

Imagina que tienes enfrente un castillo de naipes, una de esas estructuras que se desmoronan sin ni siquiera rozarlas. El cierre de una puerta o el vuelo de una mosca bastan para desbaratar aquello que tanto ha costado levantar. Ese ejercicio de motricidad fina, casi casi artesanal, puede asemejarse al día a día de un culturista. Un deportista de estas características está obligado a ser Nadia Comaneci en Montreal todo el tiempo, los doce meses del año. "No puedes desviarte ni un pelo" en la rutina nutricional, el entrenamiento o el descanso, la Santísima Trinidad de esta disciplina (la primera de las patas se lleva "el 80 por ciento" del protagonismo). Si en uno o en dos de esos 365 días no consigues un 10 perfecto, despídete de la gloria; ni te molestes en presentarte a la competición. 

SUS CREDENCIALES

Esta sensación tan ingrata, injusta e incluso cruel la conoce bien Rubén Prieto, quien mañana (sábado, día 16 de marzo) acaparará todas las miradas en la Gala-Convención del Deporte del Fisicoculturismo y Fitness 2023 que se celebra en Ávila. Este zamorano de pura cepa recibirá su merecido reconocimiento como Atleta Destacado Internacional en la categoría Classic Bodybuilding. Desde luego, ha presentado suficientes credenciales para tal honor: subió al podio europeo representando a la selección española, además de auparse a la cuarta posición mundial y de ganar un Arnold. 

Estos galardones sucedieron a otros tantos coleccionados el año anterior (en este caso, a nivel nacional). "Gané todo lo que competí, incluso el Campeonato de España, quizá, el momento más inolvidable de mi carrera", apunta, con cierto pesar, pues, este cúmulo de premios no ha servido para que su nombre figurara en la Gala del Deporte que se celebró hace unas semanas en su ciudad. "Ni si quiera me han nombrado", lamenta. Eso sí, reconoce no haber perdido la ilusión, entre otras cosas, gracias a su trabajo, vinculado estrechamente con su deporte. Desde el pasado otoño es entrenador de personas de todas las edades "desde niños de 13 años a mujeres de 65; incluso tengo algún alumno con cáncer", nos cuenta. Para ellos Rubén es "muy motivador" ("eso me dicen", reconoce), con lo que el agradecimiento es bidireccional. 

SACRIFICIOS Y REFERENTES

Su expresión dice que se encuentra feliz en su reciente ocupación. Hasta entonces, había ejercido de comercial, comiéndose cientos y cientos de kilómetros al día para realizar "hasta 70 visitas". Una profesión un tanto estresante que desarrollaba mientras ponía en práctica los sacrificios lógicos de su deporte (pasar hambre). Esta situacón le condujo a tomar una decisión más que acertada: dejar aquel trabajo. Eso sí, aquellas tareas han terminando repercutiendo también positivamente en su nueva vida. "Algunos clientes míos de tiendas y bares han terminado siendo mis patrocinadores", junto a la Diputación, Caja Rural y el Ayuntamiento de Moraleja del Vino. Aunque, en muchas ocasiones, ese pequeño apoyo no resulta suficiente. De hecho, Rubén, cuyo referente es su preparador, el vizcaíno Rubén Fernández ("una persona muy buena y muy atenta", así lo describe), nos revela que en cada campeonato "te dejas 700 u 800 euros de tu bolsillo". 

PRÓXIMOS PROYECTOS

Hablamos de competiciones en las que no existen envidias, de hecho, "haces muchos amigos. Es casi la parte que merece más la pena de los campeonatos. Somos gente del mismo entorno, personas que parecemos aisladas del mundo normal y nos entendemos entre nosotros", sonríe nuestro protagonista, quien nos desvela, además, cuáles serán sus próximas competiciones tras la recogida de su galardón en Ávila: "Tengo pensado ir a la Copa del Mundo, a la Arnold Classic y a alguna más. Al Campeonato del Mundo no porque es en Irán... Muy lejos". 

Otro de sus proyectos, aún en pañales, consiste en organizar un evento pionero en Zamora el año que viene que dé cabida a competidores de la tierra. Mientras esta aventura fructifica, Rubén, quien, sí, también era seguidor de las películas de Stallone, Schwarzenegger y Van Damme en su infancia, seguirá recibiendo enhorabuenas en el gimnasio.