El Ayuntamiento recibe a la “centenaria” coral de Torrelavega, que actúa este sábado en la Catedral de Zamora
El salón de Plenos del Ayuntamiento de Zamora se quedó pequeño para recibir a una de las corales más reconocidas de España, la de Torrelavega (Cantabria), que hizo parada en las Casa de las Panaderas antes de actuar esta tarde en Toro y mañana, día 26, en la catedral de Zamora, con un concierto que comenzará a las 20 horas. El alcalde, Francisco Guarido, acompañado por los concejales de Turismo y Hacienda, Christoph Strieder y Diego Bernardo, respectivamente, recibió a los 50 miembros de la coral y a sus acompañantes, hasta conformar un grupo de más de 70 personas, antes las que el regidor municipal “vendió” el románico que atesora la ciudad, el río Duero y la “belleza” de una ciudad “sencilla pero muy bonita”, sin olvidar la gastronomía zamorana, famosa por sus tapas y sus vinos.
Ante una agrupación que cumple 100 años, Francisco Guarido también quiso destacar a Zamora como “ciudad musical”, un amor por la música que la “hermana” a Torrelavega, ciudad que considera a su coral como un “patrimonio artístico y social”, en palabras de su presidente, José Nicasio Gutiérrez, que fue el encargado de entregar al alcalde los regalos que mejor representan a este municipio de Cantabria: un cuadro de estilo modernista con los lugares más emblemáticos de la ciudad, realizado por un artista local; un libro sobre la cueva El Soplao, descubierta a principios del siglo XX; y sus famosas polkas, tiras de hojaldre cubiertas de glasa. Como agradecimiento, el regidor municipal, entregó a la coral varios libros sobre el románico de Zamora, entre ellos, el elaborado de forma conjunta por el arquitecto Paco Somoza y el periodista Agustín Remesal.
El concejal de Turismo suscribió las palabras del alcalde y añadió que la capital zamorana cuenta con un “público educado” que llena todos los escenarios en los que se organizan actuaciones musicales, desde el folclore al festival de Little Ópera, que este año ha celebrado su octava edición. Christoph Strieder quiso también poner el acento en la actividad coral que tiene Zamora, haciendo especial hincapié en la colaboración con las universidades del Reino Unido, cuyos famosos coros siempre hacen una parada en la ciudad. Además, del románico, el edil de IU animó a la coral a descubrir el patrimonio natural de la provincia, así como la ruta por los edificios modernistas que se conservan.
Por su parte, el presidente de la Sociedad Coral de Torrelavega, José Nicasio Gutiérrez, recordó la primera actuación de la agrupación en Zamora, que tuvo lugar hace años en la iglesia de San Vicente, de la mano del Conservatorio de Música, y agradeció la “hospitalidad” de los zamoranos, tras una visita que ha sido posible, matizó, gracias a las gestiones del vicepresidente Emilio Centeno.
Gutiérrez explicó que la coral está a punto de cumplir 100 años y añadió que la “itinerancia” en unas de las principales características de este grupo, que ha actuado en todas las provincias de España y en varias ciudades europeas. Medalla de Oro de Cantabria en 2011, la coral está formada por 50 músicos, a los que acompaña la pianista Virginia Martínez, y está dirigida por Manuel Egusqiza, un director que avanza lo que podrán disfrutar los espectadores que se acerquen a la catedral este sábado: un amplio y divertido repertorio que aúna diferentes períodos musicales, desde el clásico al barroco, romántico, popular o moderno, como la interpretación del “Yesterday” de los Beatles.
El coro vino acompañado del primer teniente de alcalde, José Luis Urraca, un apellido que Francisco Guarido se encargó de recordar evoca una parte muy importante de la historia de Zamora, y de la concejala de Cultura, Esther Vélez, que destacaron la “excelencia musical” de Torrelavega, “cuna del folclore” y con un “tejido cultural y social muy comprometido”, que tiene como mejores embajadores a su coral. Tras agradecer de nuevo la hospitalidad del equipo de Gobierno, la coral se despidió con la interpretación en el Salón de Plenos de “Date la Vuelta”, una canción que forma parte de la música popular montañesa de Cantabria.
