Celebran en Zamora la fiesta de la Virgen de Fátima ante una imagen tallada en Portugal por el mismo escultor que hizo la original

La misa se celebrará mañana, sábado, a las 11.00 horas en la parroquia de San Vicente
|

Iglesia de San Vicente


La parroquia de San Vicente celebra en Zamora mañana, sábado, 13 de mayo, la fiesta de la Virgen de Fátima ante una imagen tallada en Portugal por el mismo escultor que hizo la original que preside el santuario.


La misa se celebrará a las 11.00 horas en la capilla de Fátima y, a continuación, se rezará el rosario, la novena y se dará a venerar la reliquia de la encina sobre la que se apareció la Virgen.


“En 1943, tras haber restaurado la capilla de San Pedro in Cátedra que, hasta entonces, era un trastero, los sacerdotes de la parroquia decidieron convertir ese espacio privilegiado levantado en el siglo XVI en una capilla mariana dedicada a la Virgen de Fátima, a la que tenían gran devoción”, relató el que fue párroco de San Vicente, Gregorio González, según citaron fuentes del Obispado de Zamora.


“Para ello, pensaron en traer una imagen tallada y, a ser posible, por un escultor portugués que, por sus relaciones con los videntes y el ambiente que existía en torno a Fátima, junto con una profesionalidad artística de garantía, pudiese esculpir la imagen que deseábamos para nuestra capilla”, añadieron.


De esta forma, contactaron el artista portugués José Ferreira Thedim (1892-1971), el escultor natural de São Mamede de Coronado, quien se encargó de tallar la primera estatua de la Virgen de Fátima, siguiendo las indicaciones de una de las videntes, Lucía dos Santos, y que hoy se conserva en la Capelinha de las apariciones.


“Cuando se pusieron en contacto con él, Ferreria Thedim había recibido la cruz Pro Ecclesia et Pontifice y obtenido importantes premios en diversas exposiciones internacionales. En el mes de julio aceptó el encargo de Zamora y, unos meses después, el párroco firmó un contrato por el cual el escultor se comprometía a entregar una imagen de 130 centímetros y tallada en madera de cedro de Brasil”, anotaron las mismas fuentes.


Al comenzar el año siguiente, la imagen estaba ya concluida y, para recibirla, el párroco,Gregorio González, y su coadjutor, Jerónimo Aguado, se desplazaron hasta Portugal en abril de 1949. La recogieron en Oporto y fueron con ella hasta Fátima para bendecirla en la misma capilla de las apariciones.


“En aquel momento, el santuario y su entorno era muy distinto al actual. Aún vivían en unas casas paupérrimas de Ajustrel, la localidad más cercana a las apariciones, los padres y los familiares de los videntes, cuyas calles estaban sin pavimentar y eran difícilmente transitables”, relataron.


La hermana de Lucía, María de Los Ángeles, cortó con un cuchillo un trozo de la encina donde se apareció la Virgen y se la entregó al párroco de San Vicente para que conservaran en Zamora este fragmento arbóreo como recuerdo de aquella visita, una reliquia que aún se conserva en la parroquia y que se da a venerar el trece de mayo de cada año, fiesta de la Virgen de Fátima.


“De regreso, y tras pasar ciertos apuros para cruzar la frontera, la imagen llegó a la diócesis, en mayo de 1949, siendo recibida por todas las parroquias por las que hizo escala: El Cubo de la Tierra del Vino, Corrales del Vino, Morales del Vino y Zamora. En la capital, recorrió todas las parroquias y terminó en la Catedral, donde se celebró una misa multitudinaria en al atrio para continuar, después, una procesión desde el primer templo diocesano hasta la parroquia de San Vicente, su definitivo emplazamiento.


“La capilla del siglo XVI donde se custodia actualmente la imagen se había restaurado previamente, colocándose un magnífico retablo barroco que estaba en la nave del templo con la Sagrada Familia”, precisaron.


Se adaptó para albergar en su interior la nueva imagen de la Virgen de Fátima, para lo cual, el escultor catalán Celestino Roig Artigas, un artista exiliado en Zamora por haber formado parte de las milicias republicanas, talló el relieve del bosque que simula el lugar de las apariciones y los niños que oran de rodillas ante la imagen. “Le ayudó en esa tarea un jovencísimo Ramón Abrantes y para los niños utilizaron como modelos a tres niños de Zamora, una de las cuales aún vive”, concluyeron.