Jordi Sevilla calcula que creceremos un 2% este año, pero avisa de que “se está quedando mucha gente atrás”

​El exministro avisa de que los fondos Next Generation pueden ser una “decepción” y cuestiona la subida de tipos para combatir la inflación.
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El exministro Jordi Sevilla calculó hoy que España alcanzará este año un crecimiento económico del dos por ciento, en línea con las previsiones del Gobierno, porque destacó que el país terminó 2022 e inició este ejercicio mejor de lo previsto. No obstante, indicó que se está produciendo una desaceleración y advirtió de una salida de la crisis a “dos velocidades”. “Se está quedando mucho gente atrás”, dijo.


Sevilla, senior advisor de la consultora Llorente y Cuenca, llamó a “cuidar” y “mimar” la democracia, frente a los populismos, y apostó por cambiar la prioridad dada en el paso a la deuda o el déficit en una intervención este martes en el Foro Económico de El Norte de Castilla, en Valladolid.


“De repente cambia la música y el ritmo”, dijo, por lo que no se puede a su juicio bailar un vals si suena Bruce Springsteen. De esta forma, el exministro cuestionó las políticas de subida de tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE) para combatir la inflación, que consideró “de oferta”, ya que a su juicio frenan el crecimiento económico, pero no van a hacer bajar el precio del gas o de los alimentos. “Deberían de no subir tipos”, dijo sobre la próxima revisión del organismo regulador, aunque señaló que lo harán en 25 puntos básicos porque se van a “acojonar”.


En su opinión, el país terminará el año con una subida de precios del 3,5 por ciento, pero señaló que una parte de la reducción de la subyacente se debe a los márgenes empresariales y no a los salarios. “Las llamas medidas adoptadas para combatir la inflación no han funcionado ninguna”, dijo. Además, indicó que el encarecimiento de la energía y de la cesta de la compra afecta a las familias con ingresos medios y bajos.


También advirtió de que los fondos Next Generation pueden generar una “decepción” porque no sirvan para reestructurar el país, al tener que encajarlos el Gobierno en los presupuestos y articularlos a través de la ley de contratos del Estado. En su opinión, su efecto se será similar al de los fondos estructurales de los 80.


En el caso de España, dijo, algunos elementos son diferentes a otras crisis gracias a su juicio a los cambios acometidos en las estructuras productivas. Así, apuntó que es la primera vez que las previsiones apuntan a un mayor crecimiento en el país que en la eurozona; la inflación es más baja que la media en Europa, y la tasa de paro se comporta de una manera similar a como lo hace en los países del entorno comunitario.


Esto llevó a Sevilla a preguntarse cómo España tiene el mayor número de cotizantes a la Seguridad Social, con “escaseces” en algunos sectores, y una tasa de paro “muy elevada” todavía. “Es evidente”, dijo que esos tres datos juntos “chocan”, por lo que invitó a indagar por qué se produce esto.


Cuatro vectores de cambio

En su intervención trató de aclarar la “confusión” en la que a su juicio están los ciudadanos en un siglo XXI en el que “todos los cisnes son negros” y tienen “una dimensión muy grande”, que exceden los límites de la comunidad local, como la pandemia del COVID, la guerra en Ucrania o el cambio climático. En este escenario, señaló, se le ha robado el futuro a una parte de los ciudadanos y da lugar a movimientos como los chalecos amarillos.


Además, el exministro definió los cuatro vectores que en su opinión atropellan el futuro: la inteligencia artificial; la desglobalización; el cambio climático, que consideró “no es opinable”, y la cronificación de la pobreza, que da lugar a los “populismos”. También, señaló que en lo que va del siglo XXI “casi nada ha salido” como se había previsto en cuestiones como el triunfo del capitalismo, la democracia, la paz frente a los conflictos, la digitalización o la lucha contra el cambio climático.