El sector de la banca mantiene el compromiso de ofrecer un punto de servicio financiero en los 86 municipios de más de 500 habitantes en Castilla y León antes de octubre que, en la actualidad, carecen de una sucursal bancaria, un agente, un cajero automático o no hay parada de un autobús con la oficina móvil.
“En todos, se va a poner un punto de contacto como una parada del ofibus o un cajero automático. Es un proceso que ya empezado”, aseguró hoy en Valladolid la presidenta y consejera delegada de la Asociación Española de Banca (AEB), Alejandra Kindelán, tras reconocer que Castilla y León es la Comunidad donde hay más municipios de este tamaño sin presencia física. En concreto, de las 243 localidades que a nivel nacional están identificadas, 86 están en la región. “Vamos a esforzarnos, especialmente, en estos territorios que tienen este problema más acuciado”, sentenció.
Con motivo de su participación en el Foro Económico de El Norte de Castilla para abordar ‘Las perspectivas del sector bancario en 2023’, Kindelán hizo referencia al informe de exclusión financiera del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), que realiza una radiografía del territorio nacional y señala los municipios españoles donde hay puntos de servicio financiero y en cuáles no. “Nos tenemos que preocupar donde no hay oficinas bancarias, agentes, cajeros automáticos ni un ofibus. Cuando no hay ningún punto de contacto, el sector se compromete a buscar soluciones”, añadió.
El estudio también ofrece un dato relevante como que Castilla y León es el territorio con menos cobertura pero, en cambio, está en la media nacional en cuanto a la distancia del siguiente punto. En concreto, la mayor parte de los municipios de la Comunidad está a 9,6 minutos en trayecto en coche a un punto de servicio financiero.
A su juicio, la solución no pasa por “sembrar” de cajeros todos los municipios sino buscar medidas que favorezcan la inclusión. De ahí los planes diseñados en las localidades de más de 500 habitantes con la instalación de cajeros, agentes u oficinas móviles mientras que los municipios más pequeños se ha firmado un acuerdo con Correos para que quien lo desee tenga acceso al dinero efectivo, tras una petición a su cartero rural. Alejandra Kindelán declaró que se trabaja en “otras fórmulas” aunque reconoció la dificultad
para encontrar actividad económica para poder colaborar como el ‘cash in-shop’,que permite la retirada de efectivo en un comercio sin la necesidad de que esté vinculada a la compra de un producto. “El objetivo es que haya una inclusión financiera del cien por cien de la población por que, hoy en día, el 1,4 por ciento de los españoles vive en municipios donde no hay presencia física de entidades o servicios financieros”, aseveró.
Preguntada por la decisión de algunas entidades de abrir sucursales en pueblos donde otros optan por cerrar, Kindelán reconoció que es algo que pudo comprobar recientemente en una visita a Extremadura, donde un banco local centenario con un modelo de negocio “muy ligero” en costes. “Cada uno se adapta, con su situación de costes y sus posibilidades con la realidad de cada territorio, a esas circunstancias”, expuso.
En este sentido, la presidenta de la AEB mencionó, según recogió la Agencia Ical, el reto de la banca para compaginar la presencia física con el reto de la digitalización para estar en la “punta de lanza” y así ofrecer los mejores productos y servicios a quienes desean operar a través de la red. “En España, tenemos los mejores bancos de Europa y, posiblemente, del mundo, por que somos un ejemplo en la combinación de presencia física y atención digital y de competencia digital”, sentenció. Puso el ejemplo del Bizum, creado por los propios bancos españoles para realizar pagos directos, que no existe en ningún país europeo.
Kindelán destacó que la banca solvente es la “mejor” garantía para el país, las empresas y los hogares, sobre todo en un contexto macroeconómico marcado por la incertidumbre, donde tiene un especial impacto la guerra de Ucrania y se mantiene la inflación como el principal “enemigo” a batir. De ahí que apoyara la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de elevar los tipos de interés, hasta el 2,5 por ciento, después de una década con los tipos al cero o en negativo. “Estamos aún lejos de la situación de los tipos de interés y la inflación que vivimos en los años 80 del siglo pasado pero la realidad es que la alta inflación nos lleva a un proceso de normalización de la política monetaria que permitirá reequilibrar los desajustes de una década que ha sido extraordinaria, con tipos de cero”, apuntó.
En presencia de los consejeros de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, e Industria, Comercio y Empleo, Mariano Veganzones, la presidenta de la AEB significó que el año 2022 se ha cerrado con “buenos” resultados para la banca. Reiteró que la solvencia bancaria es un pilar del crecimiento económico y una garantía para evitar situaciones como las vividas en la crisis financiera. A su juicio, la rentabilidad sobre patrimonio al cierre del año pasado rondará el diez por ciento frente al 6,6 por ciento de la última década. “Sin la rentabilidad de la banca, el sector no puede acumular capital para prestar y no será solvente a medio plaza y, por tanto, no podrá cumplir con su misión de impulsar la economía real y de acompañar y dar soporte a las empresas y familias españolas. Un sector bancario fuerte y competitivo es esencial para el progreso de la sociedad y la estabilidad financiera”, sentenció.
De ahí que hablara que, ante un escenario de incertidumbre, los bancos no van a ser un problema sino que serán “parte activa” de la solución por que los beneficios que, en principio los resultados que pueden “sorprender” por su magnitud en términos absolutos, tienen varios destinos que redundan en el bien común. Citó la posibilidad de reforzar el capital, la financiación de las empresas y ciudadanos, sin olvidar la transición verde y la digitalización.
Impuesto a la banca
Tampoco se olvidó que una parte importante de los recursos de los bancos se destina al pago de los impuestos, en concreto el 30 por ciento en el impuesto de sociedades, que es superior a la media de las empresas. En concreto, señaló que los bancos pagan 51 de cada cien euros de beneficios. De ahí que criticara el impuesto especial a la banca, que supone una “excepción” en toda Europa. La presidenta de la AEB considerara que no es el momento para un tributo así, ya que será contraproducente. “Un impuesto que busca recaudar 3.000 millones de euros en dos años supone dar ese dinero al Estado en lugar de destinarlos a capital para generar créditos a las familias, como por ejemplo hipotecas, sin olvidar la remuneración a los accionistas de los bancos”, expuso.
En este sentido, Kindelán apuntó que, una vez que esté publicada la orden ministerial, será el momento para que los servicios jurídicos estudien un posible recurso al apuntar que es una doble imposición. “La confianza y la competitividad del país puede preocuparnos por este impuesto”, concluyó.