El Colegio de Farmacéuticos de Zamora ha recibido el reconocimiento por su “Implicación en el logro de una Sociedad Libre de Violencia contra la Mujer”

​Los premios y reconocimientos están bien, pero se deberían adoptar medidas para que se blindara su labor en los municipios en los que muchas ocasiones ni el médico acude con regularidad
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El Colegio de Farmacéuticos de Zamora ha recibido el reconocimiento por su “Implicación en el logro de una Sociedad Libre de Violencia contra la Mujer”, otorgado por la Subdelegación del Gobierno en Zamora en el día de ayer. La entrega de esta distinción se debe a la labor que realiza la Farmacia Rural.


Los farmacéuticos de la provincia llevan años formándose en materia de igualdad y realizando acciones para la prevención y detección de la violencia sobre la mujer. Son la base del sistema farmacéutico en todos los aspectos.


En muchas ocasiones la farmacia rural se ha convertido en un punto clave en el medio rural y sobre todo en estos últimos años de pandemia dónde el papel desarrollado por los mismos ha sido vital. Lástima que desde las instituciones no se reconozca todo lo hecho. Cada día las bajadas en los precios de medicamentos y los márgenes de beneficio están dejando a la farmacia rural tocada y casi hundida.


Los premios y reconocimientos están bien, pero se deberían adoptar medidas para que se blindara su labor en los municipios en los que muchas ocasiones ni el médico acude con regularidad. A esto hay que sumarle que se debería de perseguir el intrusismo laboral que existe y que tanto perjudica y denigra a la figura de un farmacéutico que durante años se ha formado para que la venta de medicamentos se convierta en una mercadería de un supermercado.


Un colectivo del que dependen tantas vidas y al que las instituciones no tienen en consideración el gran papel que desempeñan. El intrusismo debería estar penado por el daño que se está haciendo al sector y no solo eso sino que se está jugando con la vida de personas. Estos premios deberían ser el altavoz para reivindicar el papel del farmacéutico y sobre todo en la España vaciada.