“Somos reales, no perfectas. Lo que busco es armonizar y potenciar la belleza natural de la mujer”. Estíbaliz Romero define así su tarea, y su pretensión, al frente de MIMUSA, el centro de micropigmentación estética y oncológica que lleva funcionando en Zamora hace unas semanas. La propietaria de este nuevo espacio ubicado en la calle Pablo Morillo, originaria de Euskadi, se mudó desde Barcelona a nuestra provincia hace tres años “porque mis abuelos son de Sayago y yo siempre he veraneado aquí”, nos cuenta. Y es en la capital donde ha retomado su sueño (“lo que realmente me hace feliz”, expresa) tras un parón de cinco años en los que se dedicó al interiorismo: la micropigmentación facial y corporal, una devoción que arrancó hace doce años.
Desde entonces a la actualidad, “las técnicas han cambiado mucho. Ni qué hablar de las máquinas y los pigmentos. Son una maravilla. Los resultados son bestiales. Y todos los tratamientos son indoloros”, apunta Estíbaliz, quien recalca, además, que en su centro aplica “siempre una anestesia tópica”. Ella está especializada en micropigmentación facial de ojos, cejas y labios, para lo que emplea varias técnicas: sombreado y pelo a pelo, en el caso de las cejas (ya que dependiendo del tipo de piel se recomienda una técnica u otra por la duración y resultado óptimo final del tratamiento). Para los ojos “realizo la técnica clásica de eyeliner, sombreado o, simplemente, un efecto de más espesor de pestañas”. Y para los labios “empleo la técnica aquarelle, que consiste en rellenar de color todo el labio por igual, sin perfilados pasados de moda”, resume.
En cuanto a la micropigmentación corporal, hay que decir que esta profesional está especializada en micropigmentación paramédica (reconstrucción de areolas postmastectomía). “Realizo una técnica de efecto 3D que junto con las mezclas de colores y la técnica de luces y sombras recreo una areola y su respectivo pezón lo más natural e igual posible al existente”, expone sobre estos tratamientos cuya realización se alarga unas tres horas. Los pigmentos son homologados, específicos para la micropigmentación, ya que no cambian de color. No son tintas de tatuaje; la micropigmentación se trabaja a una capa más superficial. “De ahí sus precios”, incide.
Seguramente, haya lectores que se pregunten, “¿y qué pasa si me arrepiento con el tiempo? ¿Me ofrecen alguna solución desde MIMUSA? “La eliminación de la micropigmentación es posible mediante láser, pero yo siempre antes de realizar el tratamiento de micropigmentación realizo junto con el cliente un diseño previo a lápiz sobre su piel. Se escoge color y diseño siempre en consonancia al rostro del cliente y a su tipo de piel”, explica, y continúa: “La duración de los tratamientos depende del tipo de piel, de la zona escogida, de los correctos cuidados post tratamiento y del color escogido”. Puede dilatarse entre 10 y 18 meses en perfectas condiciones, “pero siempre se puede ir retocando”.
Junto con el diseño previo al tratamiento “siempre se firma un consentimiento médico y consentimiento informado donde se detallan todos los cuidados a realizar por el cliente antes y después del tratamiento” (ambos consentimientos son obligatorios por Sanidad) y “así evitamos posibles alergias” (aunque hoy en día todos los pigmentos son hipoalergénicos y “todo el material que yo utilizo en mi centro es estéril y monodosis”).
Hay que resaltar, por otro lado, que MIMUSA cuenta con la aprobación absoluta de la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León. Puedes acudir a efectuarte los tratamientos mencionados, pero este espacio ofrece también otro tipo de servicios como el de maquillaje con productos hipoalergénicos para pieles sensibles y reactivas, ideal para mujeres que han pasado por el proceso de la quimio “o bien para todas aquellas que tenemos piel sensible y reactiva”, manifiesta Estíbaliz, quien añade: “Maquillo y vendo los productos. Todos ellos son veganos e hipoalergénicos”.
En la mente de esta emprendedora a la que le gusta hablar “de centro, que no negocio” (“está claro que se trata de ganar dinero y ganarme la vida pero no me gusta frivolizar con este tema de la micropigmentación de areolas post mastectomía”, expresa) está ofrecer pelucas de pelo natural en un futuro, “pero, claro, es una inversión muy grande”, con lo que es necesario comprobar que el centro “funciona”.
Eso sí, este lugar está preparado para este servicio, ya que “disponemos de un espacio íntimo donde poder escoger, probar y retocar pelucas en total confianza”, recuerda la propietaria y trabajadora de MIMUSA, cuyo nombre “me vino a la mente en sueños. Una mañana me desperté y tenía el nombre de MIMUSA en la punta de la lengua. Quizás podría decir que puede venir de darle vueltas a que creo que todas nos merecemos que nos mimen como si fuéramos musas, que lo somos; de ahí el juego de palabras MIMUSA, es como decir MIMOSA. Sólo sé que me lo repetían en sueños y yo creo mucho en las señales de la vida. Todo pasa por algo”, cuenta al tiempo que nos habla de su lema: “Menos es más”, y siempre “buscando la belleza de cada uno”. Y decimos “cada uno” porque “los hombres también acuden a mí para rellenar cicatrices en cejas”, por ejemplo.
Eso sí, lo más demandado en general “son los labios, ya que se crea un efecto óptico de volumen al pigmentar por completo tu propio labio, incluso allí donde se ha perdido el color de la mucosa. Lo más demandado en cuanto a tono labial es un color bebé cómo yo lo llamo; se trata se dar un tono Rosita natural que, simplemente, aporte jugosidad y definición a tu labio”, relata mientras asegura que ella no le va eso de convencer a la gente para que se haga la micro (“eso jamás”).
Sí explica bien los resultados que se van a obtener según la zona, piel y color escogidos. “Hay que ser siempre coherentes. No a todas nos quedan bien las mismas cosas. Las cejas que a tus facciones le van bien quizás no sean las que mejor le queden a mis facciones. Esto es lo que siempre dejo claro. Expectativas sí, pero realistas”, dice sobre la micropigmentación, que “no sólo aporta color, es decir, no sólo es estética, sino que es un maquillaje corrector”, como a ella le gusta denominarla. Y es que, esta técnica puede, entre otras cosas, disimular el labio leporino (una malformación de labio que genera cicatriz y que hace que se vea el labio sin forma).