La Clínica Baviera de Burgos revisó hoy la vista de niños saharauis que pasan el verano de acogida con familias burgalesa. Se trata de una iniciativa que llevan a cabo desde hace doce años y que retoman este año tras dos años sin poder llevarlo a cabo por la pandemia del COVID-19. La Clínica colabora con el proyecto 'Vacaciones en Paz' de la asociación burgalesa de Amigos del Pueblo Saharaui, de forma que, 21 niños de acogida en Burgos capital y provincia, pudieron acudir a este reconocimiento. 14 de ellos lo harán en la clínica de Burgos, y otros siete en Vitoria, debido a que se alojan con familias de Miranda de Ebro u alrededores.
“Es la primera vez que hay tantas familias en Miranda de Ebro y que colaboramos con Vitoria”, explica la director de la Clínica, Sofía de la Iglesia. Durante la mañana de hoy, fueron un total de ocho los pequeños que acudieron al centro ubicado en la calle San Roque de Burgos, y para la revisión de los otros seis, los profesionales de la Clínica se adaptarán a la situación y horarios de cada familia, y acudirán otros días con cita programada.
Es una iniciativa que se lleva a cabo en todas las Clínicas Baviera del país, que brinda a los especialistas una “oportunidad” de ayudar a las familias. Según explica la optometrista de la Clínica burgalesa, María Izquierdo, durante estas revisiones se mide la presión intraocular, si tienen graduación o radios de la córnea, y revisan también que no haya asimetrías o astigmatismos elevados.
Luego, en consulta, se miran las agudezas visuales, la graduación, el movimiento de los ojos, así como pruebas de visión binocular o si existe algún tipo de patología. Tal y como indica De la Iglesia, de acuerdo a las experiencias que tienen de años previos, los pequeños suelen tener dañada una parte de la córnea o presentar ojos secos, que pueden mejorar mucho con una hidratación adecuada. En el caso de ser necesario, se les proporciona una gafas de la mano de la óptica VivaVisión, que colabora con la Asociación.
Los pequeños que llegan a sus revisiones suelen entre entre siete u ocho años, aunque también puede haber más mayores. Este año por ejemplo, acudió uno de 16 años. “No es lo habitual”, indica De la Iglesia, aunque afirmó que les alegró haberle visto porque lo conocen desde que tenía nueve años. Los primeros años que llegan a la Clínica están asustados, pero con el paso del tiempo se van soltando.
“Lo importante es darles esas facilidades a las familias y que puedan irse con las máximas revisiones”, explica la directora. Por ello, durante una mañana no programan ninguna consulta privada, para ofrecer toda su atención a los pequeños que llegan para las revisiones.
Familias que repiten
Los pequeños reciben la mejor atención cuando llegan a Burgos y su provincia, en parte gracias al cuidado de las familias que los acogen. Raquel González goza de gran experiencia, puesto que lleva más de diez años acogiendo a niños saharauis durante el verano. “Aportan más de lo que nosotros podemos darles, es un verano diferente en el que aprendes muchas cosas y se abre mucho la mente”, afirma.
Al principio cuando llegan hay un “choque” muy grande entre ambas partes, especialmente para los pequeños, dado que están lejos de sus padres y no conocen el país al que viajan ni el idioma ni las costumbres.
“Tienes en tu casa a un niño al que no puedes explicarle cosas. Te quiere contar algo pero no puede porque no sabe hablarte ni tú sabes árabe, pero al final es tiempo y paciencia”. En esta línea, los padres de acogida coinciden en decir que se adaptan rápidamente y aprenden el idioma con facilidad, porque aunque no lo hablen lo entienden, y sino logran comunicarse como pueden.
En ello está de acuerdo Enrique, quien lleva doce años acogiendo durante los veranos a niños saharauis, y tanto él como su mujer están muy unidos a la asociación y colaboran muy activamente. Para él este tipo de iniciativas, como la que lleva a cabo hoy Clínica Baviera, le parecen muy importantes, dado que en su lugar de origen los pequeños no pueden disfrutar de estas revisiones y especialmente con el tema del sol y la climatología del Sahara suelen tener bastantes problemas en los ojos.