La cronificación de las necesidades obligó en 2021 a Cáritas Castilla y León a destinar casi 35,5 millones, el presupuesto más alto de su historia

La organización advierte de que la subida de precios incrementará la exclusión social y alerta del incremento de personas con problemas de salud mental.

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Casa Betania Cáritas


Aunque el número de beneficiarios se redujo en casi un once por ciento, hasta los 122.611, la cronificación de las necesidades de las personas pobres obligó el pasado año a Cáritas Castilla y León a aumentar su presupuesto en más de 437.000 euros, hasta los casi 35,5 millones de euros, el más alto de su historia, en su esfuerzo por paliar las consecuencias de una crisis que ha agravado los niveles de exclusión social.


Así se puso de manifiesto en la presentación de la memoria correspondiente a 2021, acto en el que participaron el presidente de Cáritas Autonómica de Castilla y León, Antonio Jesús Martín de Lera, y del arzobispo electo de Valladolid, Luis Argüello, que coincidieron en señalar que la actual situación económica está provocando un incremento de las personas en riesgo de exclusión.


Para Martín de Lera, la subida de la inflación está provocando que el número de personas que acuden a Cáritas se incremente y, sobre todo, que se intensifique la ayuda que necesitan. Además, también alertó del incremento de personas en situación irregular, “invisibles para las administraciones y que no se pueden beneficiar de las ayudas públicas. En este sentido, apuntó que solo una quinta parte de los refugiados ucranianos llegados a España lo hicieron por los cauces oficiales.


Al mismo tiempo, el presidente de Cáritas Castilla y León advirtió del incremento del número de personas con problemas de salud mental, enfermedades que también están detrás de la exclusión social.

Por su parte, Argüello mostró su preocupación por lo que “se nos viene encima” y puso en valor el trabajo de los 800 empleados que Cáritas tiene en toda la Comunidad, así como de los más de 4.000 voluntarios, a los que se refirió como la seña de identidad de la organización y también como la principal preocupación. “Necesitamos gente dispuesta a regalar su tiempo a los demás”, recalcó Argüello.


A su vez, Martín de Lera hizo referencia a los últimos datos del informe Foessa y recalcó que la pandemia ha provocado un aumento de la exclusión social de 101.000 personas (un 31,1 por ciento con respecto a 2018) en Castilla y León, y de 79.000 (54,1 por ciento) personas en el grado más severo.


Programas

Uno de los principales programas de Cáritas es el de Acogida y Asistencia. En 2021 se destinaron cerca de seis millones de euros para atender a 30.314 personas, siendo el programa con mayor número de personas beneficiadas. Además, por tercer año consecutivo se ha visto incrementada la inversión en este programa de ayuda a los más vulnerables, que ya suponen una de cada seis personas en la Comunidad, según el informe Foessa.  


Junto a la brecha de género y la de nacionalidad de origen, que se han hecho más profundas en la pandemia, Cáritas trabaja a través de sus programas la brecha de la edad como causa de vulnerabilidad social. Desde los programas de vulnerabilidad de Cáritas se busca que todas estas personas cuenten con la protección necesaria para que no caigan en la exclusión social. Con el fin de evitarlo el pasado año la organización atendió a cerca de 10.000 personas vulnerables, lo que supuso un aumento del presupuesto con respecto al año anterior de más de 200.000 euros. Asimismo, las personas jóvenes cada vez se encuentran con más dificultades para dar el salto a la vida adulta, y así lo destacó Martín de Lera: “Nos preocupa el incremento de la tasa de exclusión entre los menores de 30 años. Es un reto para nuestras Diocesanas poner freno a la transmisión intergeneracional de la pobreza” .


Empleo

Por último, Martín de Lera explicó que la precariedad laboral se ha duplicado y alcanza a más de 79.000 hogares en Castilla y León (11 por ciento). “Nuestra memoria constata que hoy en nuestras comunidades hay trabajadores pobres y que se han hecho más altas las barreras para acceder al trabajo por parte de las personas desempleadas, lo que genera una peligrosa tendencia a la cronificación de la situación de desempleo”.  


Desde Cáritas, en 2021 se acompañó a 9.573 personas en su proceso de búsqueda de empleo a través de tres ejes de actuación: orientación, formación e intermediación. En cuanto al acceso al empleo, se registró un aumento de las inserciones laborales al alcanzar las 1.886 frente a las 1.743 de 2020.