Condenado a 12 años de prisión un profesor del Conservatorio de Zamora por abusos sexuales a cuatro alumnas

Cuando ocurrieron los hechos las víctimas tenían entre nueve y diez años.
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Audienciazamora


La Audiencia Provincial de Zamora ha condenado a 12 años de prisión a un profesor del Conservatorio de Zamora por abusos sexuales sobre cuatro alumnas, a las que no podrá acercarse a una distancia de 200 metros durante el tiempo de la condena. Además, le inhabilita para cualquier profesión que conlleve contacto regular y directo con personas menores de edad, por un tiempo superior de 22 años, y a una indemnización de 2.000 euros para cada una de las víctimas.


Los hechos, según la sentencia a la que ha tenido acceso Ical, ocurrieron durante los cursos académicos 2008-2009 y 2009- 2010. El acusado daba clases de fagot y entre sus alumnas se encontraban las víctimas, que entonces contaban con las edades de 9 y 10 años.


Según el fallo, en las clases colectivas el profesor realizaba, entre otros, juegos consistente en coger agua, mantenerlo en la boca y expulsarlo al exterior por la ventana. Cuando hacían dicho ejercicio, el profesor se colocaba detrás de las alumnas, que estaban colocadas de espaldas a él, y se acercaba a ellas por detrás frotando sus órganos sexuales con ellas. Además, en esas clases colectivas siempre faltaba una silla lo que obligaba a una de las niñas a sentarse encima de él frotándose con ella. lo que implicaba que ella notara su órgano sexual debajo de ella. Estos comportamientos cesaron cuando la madre de una de las niñas

comenzó a asistir a esas clases como alumna de fagot.


Además, en las clases individuales y con la excusa de enseñarlas a respirar y comprobar si lo hacían bien, el profesor colocaba sus manos en el abdomen de las pequeñas y posteriormente las subía hasta el pecho y las bajaba hasta la zona del pubis y la vagina. Al principio esos tocamientos se producían por encima de la ropa y posteriormente introducía las manos por debajo de la camiseta o por dentro de los leggins, llegando en el caso de una niña a masturbarla. Estos tocamientos se realizaban tanto cuando hacían ejercicios frente al espejo que había en el aula, como cuando los hacían tumbadas en la alfombra colocada en la misma y en una ocasión con Camila se colocó encima de ella en la alfombra comenzó a bajarle el pantalón y a bajárselo él también.


En esas mismas clases individuales con tres las víctimas, el acusado se iba al baño que estaba al lado del aula, dejaba el teléfono en el aula y les indicaba que si sonaba se lo llevaran. Cuando acudían a llevárselo lo encontraban en el baño exhibiendo los genitales y cómo cogía el teléfono con una mano y no podía abrocharse el pantalón les decía a ellas que lo hicieran. Esto mismo sucedía cuando iba al baño y les pedía que le llevaran el papel. Asímismo, les decía que tenía una herida en el pene o que lo tenía “malito y tenía que curárselo” y delante de ellas abría el armario cogía un aceite o crema y se masajeaba, pidiendo a las pequeñas que también lo hicieran.