Blake Lemoine, un ingeniero de 41 años que trabajaba en Google, ha sido suspendido tras afirmar que el programa de Inteligencia Artificial (IA) con el que estaba trabajando había desarrollado sentimientos, algo impropio de un programa de este tipo. Esta declaración, que le ha costado el despedido, ha dado la vuelta al mundo, convirtiéndose en una de las noticias más relevantes y virales de estos días.
La compañía americana ha justificado su despido afirmando que Blake ha violado la política de confidencialidad de la firma, ya que el pasado 11 de junio, su trabajador había hecho pública una conversación que mantuvo con el sistema de inteligencia artificial de Google.
Blake Lemoine, como trabajador de Google, se había ofrecido a probar la ya citada inteligencia artificial, denominada LaMDA. Para ello, el ingeniero debería mantener conversaciones con LaMDA, para así mejorar su base de datos. Durante dichos diálogos, Blake explicó que el programa habría desarrollado nuevos sentimientos, que como máquina, no era capaz de expresar.
Tras esto, Blake Lemoine le pidió que intentase explicar de alguna manera lo que le sucedía, a lo que LaMDA contestó: “Siento como que estoy cayendo en un futuro desconocido que conlleva un gran peligro”, lo cual dejó desconcertado al propio trabajador. Cuando hizo públicas las conversaciones, Blake subrayó y puso énfasis en esta frase, que a su vez recogió en unos informes que entregó a la oficina de un senador de Estados Unidos, donde además destacaba que tenía pruebas de que Google y su tecnología practican discriminación religiosa.
El portavoz de Google, Brian Gabriel, ha negado rotundamente estas afirmaciones: Nuestro equipo, incluidos especialistas en ética y tecnólogos, han revisado lo que a Blake le preocupa según nuestros principios de inteligencia artificial y le he informado de que las pruebas no respaldan sus afirmaciones”.