Isaac Macías Fontanillo: “En los momentos más terribles de la pandemia, la paz de la calle la han proporcionado los despachos de graduados sociales”

El presidente del Colegio Oficial de Graduados Sociales de Zamora habla de sus retos iniciales como decano, del trabajo del colectivo en pleno covid y de su profesión, “la parte más dinámica del Derecho”.
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FOTO ISAAC

Pronto se cumplirán cuatro meses de su toma de posesión como nuevo decano del Colegio Oficial de Graduados Sociales de Zamora. Isaac Macías Fontanillo, quien cuenta con un dilatado currículo a sus espaldas, desvela que ha aprendido “de los mejores” y considera que este nuevo reto es “ilusionante e importante porque el momento también lo es para la profesión”. El nuevo decano (recordamos que ha pasado “por todos los puestos” en estos últimos 15 años) pretende que se reconozca la valía de la profesión que ejerce al tiempo que nos habla de los momentos más duros de la pandemia o de las nuevas generaciones de graduados sociales.


PREGUNTA. - Luis Martín de Uña, su predecesor, desempeñó esta misma labor durante muchos años. ¿Cómo valora el trabajo que se ha hecho anteriormente? ¿Va a ser complicado superar el listón?


RESPUESTA. - Complicadísimo. Independientemente de que sea mi amigo, es el mejor presidente que ha tenido y, me atrevo a decir, que tendrá, al menos en muchos años, el Colegio de Zamora. Luis ha vivido toda la evolución de esta profesión, en la que hemos sufrido mucho, hasta donde ha llegado hoy y lo ha hecho francamente bien. La conexión que el Colegio tiene ahora mismo con todas las administraciones es obra de él. Nos ha puesto a la altura de donde debemos estar. Vendrán retos nuevos, pero igualarle es complicado. La historia nos dirá, pero en él he tenido al mejor maestro; me enseñó el camino y procuraré hacerlo como él.


P. - ¿Cuáles son esos retos iniciales que se ha planteado como nuevo presidente y qué otras iniciativas tiene en mente a medio/largo plazo para el Colegio de Graduados Sociales de Zamora?


R. - Una de las cosas que vamos a llevar a la Asamblea de mayo es la racionalización de los mandatos, porque las ideas se agotan. Además, estamos en la creación física de cuatro comisiones externas; cuando digo “externas” es porque van a ser dirigidas por compañeros (algunos ya han tomado posesión) que no se han presentado a las elecciones y que no tienen nada que ver con la Junta de Gobierno. Hablo de la Comisión de Control de Cuentas y Transparencia, fundamental cuando estás manejando dinero de tus propios compañeros, que ya empieza a andar; de la Comisión de Servicio de Orientación Laboral Gratuita, una tercera comisión de relación con las instituciones y, por último, una comisión para los no ejercientes, pues hay que darles una mayor visibilidad.  


Otra de las cosas que vamos a hacer es ofrecer a los chicos de la Escuela de Relaciones Laborales de Zamora acceso gratuito a la base de datos jurídica que utiliza el Colegio, pues la relación debe ser muy fluida. Son las cinco patas iniciales, junto a la visualización de la profesión.  


P. - Los graduados sociales han sido indispensables en momentos cruciales de la pandemia, puesto que han aligerado la carga de las empresas con el tema de los ERTEs o han contribuido a que los autónomos puedan cobrar la prestación de cese de actividad, entre otras muchas cosas. ¿Siente que el esfuerzo extra que ha realizado el colectivo en tiempos de covid ha sido reconocido debidamente por la sociedad?


R. - Creo que no. Los médicos han hecho un esfuerzo enorme por mantener la vida de la gente, pero en los momentos más terribles de la pandemia, la paz de la calle la han proporcionado los despachos de graduados sociales, trabajando a destajo, engullendo toda la legislación que se nos venía encima, las modificaciones continuas…  Teníamos que interpretar la norma, gestionar la información, tener línea directa con las administraciones y compartir nuestro punto de vista… El colectivo ha demostrado su formación y creo que todavía no se nos ha reconocido el valor del trabajo que hicimos. También es verdad que, de la misma forma que los sanitarios han hecho una carrera para salvar vidas, nosotros hemos hecho una carrera para salvar empresas y para que haya una economía social y economía de la otra.


P. - Eso debe darle cierta satisfacción personal…


R. - Es una sensación muy agradable; había que arrimar el hombro y aportar cada uno lo que podía. Se han dejado por el camino muchas horas de trabajo, pero ha merecido la pena porque, al menos, esto no se ha caído. También tengo que decir que fue el momento de descubrir un montón de herramientas que tenías alrededor, que pagabas y que no utilizabas por la inercia del trabajo. Ahora, esas herramientas han venido para quedarse.


P. - ¿Cómo perciben los actuales graduados sociales el futuro de la profesión? ¿Los estudiantes que se interesan por esta profesión son más o menos que en épocas recientes?


R.- Ha crecido el número de alumnos, quienes deben ser conscientes de que, además de ser tramitadores administrativos, en esta carrera somos representantes jurídicos en los juzgados de primera instancia y en los superiores de Justicia. Es decir, que se tienen que poner la toga; han de perder el miedo a la toga. Y es que, nadie mejor que nosotros va a defender los casos en el juzgado. Tienen que saber que están estudiando una de las tres carreras jurídicas reconocidas por la Ley Orgánica del Poder Judicial y, como tal, hay que ir por esa vía, sin abandonar las otras, por supuesto.



El ejercicio de esta profesión no es fácil porque hay que seguir estudiando toda la vida, no te puedes dormir. Es muy vocacional y bonita, sí, aunque no es la parte cómoda del Derecho, sino la más dinámica, la que más toca a la sociedad. Por fin, desde hace ya un montón de años podemos llevar nuestros propios casos y es importante que los chicos lo tengan en cuenta. Ir al juzgado cada día hace que tengas que estar en continua formación y que aprendas mucho Derecho.