Precisamente la imposibilidad de cumplir estas premisas llevó el pasado sábado a los agentes de la Policía Local y de la Policía Nacional a cerrar varias calles del centro de la ciudad, incluidas Varillas, San Junto y Doña Gonzala Santana, aquellas en las que proliferan los locales de ocio nocturno y que los jóvenes suelen frecuentar de noche. Solo los ruidos en viviendas superaron en número a las actuaciones policiales por botellones celebrados en la vía publica que los agentes debieron disolver.
Así, según los datos municipales consultados por la Agencia Ical y referidos a actuaciones de la Policía Local, desde el día 7 de septiembre se produjeron en la capital un total de 35 intervenciones por ruidos en viviendas y otras 25 por botellones disueltos en distintos puntos de la ciudad. Algunos lugares proclives a su celebración, de hecho, fueron clausurados por este motivo, como el Campo de San Francisco.
ESTABLECIMIENTOS HOTELEROS
A esas intervenciones, los agentes agregaron siete propuestas de sanción a establecimientos hosteleros por incumplir el horario de cierre y otras cuatro por consumo en barra. Uno de los dueños de un local de ocio nocturno tuvo que asumir, además, un acta de sanción y el cierre del mismo y otro más el desalojo, además de la correspondiente multa. De esta forma, 13 fueron los bares o pubs propuestos para sanción por saltarse alguna de las normas establecidas.
En otro orden de asuntos, y según el balance de la Policía Local consultado por Ical, cinco personas fueron sancionadas por desobediencia a la autoridad, especialmente en lo referido a la dispersión de los jóvenes, y otras cinco por cometer daños contra el mobiliario urbano. Finalmente, dos personas fueron propuestas para sanción por tenencia ilícita de estupefacientes en la vía pública.