Sancionado por saltarse el cierre perimetral cuando iba a comprar comida para su mujer celiaca

"El agente se dirigió a él sin mascarilla y cuando leyó el documento, se rió y dijo que era un papel ridículo, que solo era una excusa para ir a la ciudad y que se lo había inventado"
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Los cierres perimetrales de provincias, comarcas o comunidades autónomas se viven con absoluta normalidad en la actualidad, pero hace algo más de un año eran impensables, como sucede con muchas restricciones por el coronavirus. Los encargados de hacer cumplir estos cierres son los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, aunque en muchas regiones es principalmente la Guardia Civil. Sin embargo, existen una serie de excepciones por las que se puede esquivar esta restricción, y precisamente ha sido una de ellas la que ha provocado un polémico caso. 



Maria Piedad es una mujer que vive en el municipio de Vitigudino, en la provincia de Salamanca. Allí todos le conocen como Mari. Está casada y tienen tres hijos, uno de ellos con discapacidad. Además, fue diagnosticada celiaca en 2018 y esto le ha provocado algunas complicaciones a nivel de salud. La última fue una anemia, que le ha tenido de baja laboral una temporada y le impedía muchos días el poder levantarse incluso de la cama. 


Vitigudino está a 64 kilómetros de Salamanca y es "el lugar más cercano para comprar productos sin gluten". Cuando padecía la anemia y se le agotó la comida de la que puede alimentarse, su marido se subió al coche y abandonó el pueblo camino de Salamanca, acompañado de su hijo con discapacidad, al que no podían dejar a solas con la madre en su estado. En ese momento había un cierre perimetral del municipio, y fue entonces cuando dos agentes de la Guardia Civil detuvieron su vehículo y comenzaron la conversación.



"Yo estaba hablando con él por videollamada cuando le pararon, porque no conoce Salamanca y a veces le indico por donde ir. Además, mi médica me hizo un certificado donde figura que soy celiaca y que mi marido puede viajar a la ciudad para comprarme alimentos. El agente se dirigió a él sin mascarilla y cuando leyó el documento, se rió y dijo que era un papel ridículo, que solo era una excusa para ir a la ciudad y que se lo había inventado", explica Mari



La situación cada vez fue más tensa, la mujer trataba de enseñarle por la videollamada al agente más documentos donde figura que es celíaca mientras que el agente no creía nada de su versión. En este ambiente nervioso, "a mi hijo le dio una crisis epiléptica, porque debido a su discapacidad sufre estos ataques cuando se asusta. En ese momento, mi marido salió del coche para atenderle y fue la gota que colmó el vaso. Le dijo que no tenía autorización para levantarse y le multó por incumplir el cierre perimetral", asegura la madre, que presenció los hechos a través de la videollamada.  


Tras recibir la multa, el agente que era el sargento del cuartel de la Guardia Civil de Santa Marta, asegura Mari le envió una patrulla "para que le siguiera desde donde estaban hasta que saliese de Salamanca, para asegurarse de que no parara a comprar. Y se volvió a casa sin ningún alimento sin gluten. Pude comer porque nos hizo el favor un amigo de mi marido que viene a trabajar al pueblo. Es una vergüenza", denuncia la mujer.  


Estos hechos ocurrieron a principios de marzo, pero la multa con la sanción no les llegó hasta hace apenas unos días. Fue entonces cuando Mari comenzó a pedir ayuda para denunciar lo que para ella es "a todas luces una injusticia". Logró contactar con la Federación de Asociaciones de Celiacos de España (FACE), quien puso una queja formal ante el Defensor del Pueblo.  


Este organismo respondió este martes defendiendo a Mari y a su esposo, con una carta en la que detalla que "siempre que las personas indicadas puedan demostrar su condición de enfermos celiacos o la de menores a su cargo, el desplazamiento a los lugares de venta de productos especializados entra dentro de las causas justificadas para la circulación, según el artículo 7 del Real Decreto 463/2020". 


Mari tiene muy claro que va a hacer todo lo posible por no pagar los 601 euros de multa que le impusieron a su marido. "Tengo ya una cita para ir a la Junta de Castilla y León y hacer un escrito formal para denunciar este atropello", apunta Mari. Además, señala que su médica le ha hecho nuevos informes donde justifica la necesidad del desplazamiento de su marido, "porque era muy necesario y yo no tenía porque morir de hambre".  


Por otro lado, Mari explica que ya se ha puesto en contacto con un abogado, quien le ha explicado que "no tengo que pagar esa multa y que iremos a juicio si es necesario, porque padeces la enfermedad". Además, asegura que cuenta con el respaldo de varias asociaciones de celíacos y con el testimonio del amigo de su marido, que le trajo la comida y está dispuesto a declarar. 


Por último, denuncia que la Guardia Civil de ese cuartel se ha guardado la matrícula del coche de su marido y cada vez que acude a Salamanca "están detrás de él y le siguen" e incluso le llegaron a decir que "los celiacos lo son para que lo que les da la gana y son excusas baratas", a lo que contestó que su mujer había estado cerca de morir por esta enfermedad. "Nos hemos sentido humillados", concluye Mari.