Un bebé de Cartagena sufre una lesión cerebral por un mal diagnóstico al creer que tenía coronavirus

​Los tratamientos para que Hugo se recupere "no bajan de los 1.600 euros al mes
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Bebé




Hugo Dato es un bebé de Cartagena (Murcia) a quien un mal diagnóstico en plena pandemia del coronavirus le ha causado una lesión cerebral que le ha cambiado la vida. El niño padecía la enfermerdad de Kawasaki y no Covid-19, un error que le dejó graves secuelas.


Según explica la madre del pequeño, María Jesús, a La Opinión de Murcia, Hugo nació "completamente sano" el 3 de noviembre de 2019 y solo cuatro meses después, en pleno confinamiento en marzo, el menor empezó a tener fiebre, conjutivitis y eritemas.

Tras una primera llamada a su médico, este optó por que no acudiera presencialmente ya que podría tratarse de un caso de coronavirus y, en su lugar, le recetó Apiretal para la fiebre y suero fisiológico para los ojos.



Al ver que la fiebre continuaba, los padres del pequeño le llevaron entonces a un médico privado, que indicó que sus síntomas correspondían a un virus, pero por aquel entonces no había pruebas para determinar si era Covid-19, por lo que le recetó un antibiótico. Pasados 20 días, el niño mejoró en su estado de salud: "Volvió a ser un niño feliz, sano y fuerte", indica su madre.

Sin embargo, a finales de diciembre, cuando Hugo ya contaba con más de un año de vida, la situación dio un giro radical.


Según ha explicado su madre, una noche en la que el niño no paraba de vomitar su corazón dejó de latir, por lo que fue llevado al hospital Santa Lucía, donde consiguieron estabilizarlo, y posteriormente lo trasladaron al hospital Virgen de la Arrixaca en Murcia.

Allí descubrieron que el pequeño Hugo tenía aneurismas "gigantes" en el corazón y que los síntomas que tuvo a los cuatro meses de vida era la enfermedad rara conocida como el síndrome de Kawasaki. "Se podría haber curado con un simple tratamiento, pero no lo detectaron, dieron por hecho que era covid, o un simple virus", ha lamentado su progenitora.


A pesar de que ya no la padece, esta enfermedad dejó graves secuelas en el cerebro del pequeño, que necesita de una sonda nasogástrica. "Puede oír y sentir, pero no consigue conectar con las personas, mirarlos, ni reír ni llorar; no puede sostener su cabeza ni mover brazos y piernas, ni tomar mi biberón como antes", ha explicado su madre.

Además, los tratamientos para que Hugo se recupere "no bajan de los 1.600 euros al mes", motivo por el que su familia ha decidido poner en marcha una campaña para conseguir ayuda para financiarlos. A través de la cuenta de Instagram @Hugo_cree_en_ti venden por 5 euros una pulsera que representa el latido del corazón del pequeño.