Dos centenares de manifestantes reclaman libertad para el rapero Pablo Hasél desde la Plaza Mayor de Salamanca

​ La concentración se saldó con un leve incidente que obligó a las fuerzas policiales a elevar el nivel de alerta y aumentar sus efectivos
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Unos dos centenares de manifestantes reclamaron durante la tarde de este jueves la puesta en libertad del rapero leridano Pablo Hasél, encarcelado este martes por los delitos de injurias a la Corona y enaltecimiento del terrorismo. La concentración transcurrió con normalidad durante más de media hora, aunque llegado el momento de lectura de un comunicado se produjo un leve incidente entre los participantes y otro joven, que se atrevió a increparles. 


La manifestación había comenzado a las 19.30 horas con un goteo progresivo de jóvenes que se estabilizó en aproximadamente los 200, según confirmaron en el lugar fuentes oficiales consultadas por Ical. Dos pancartas presidieron la protesta, como cabecera, que rezaban 'A más represión, más desobediencia' y 'Frente al régimen y su represión, organización y poder popular'. Esta última, con el rostro del rapero encarcelado Pablo Hásel.  


Un joven, megáfono en mano, llevó la 'voz cantante' en las proclamas alentando lemas como 'Libertad, Pablo Hasél', en alusión al tema central de la protesta, pero también se escucharon reiterados cánticos de 'Los Borbones son unos ladrones' o 'Felipe de Borbón, trabaja de peón', en referencia a la condena por injurias a la Corona que pesa sobre el letrista ilerdense.


De igual manera, los presentes en el ágora salmantina escucharon mensajes más generales como 'Amnistía y libertad', 'Pensar no es un delito' o 'Libertad presos políticos. Cánticos, todos ellos, emitidos ante las fuerzas de seguridad que también tuvieron que escuchar consignas del estilo 'La Policía tortura y asesina'. Además, portaron banderas de Juventudes Comunistas y hasta pudo verse una republicana en medio del tumulto.


Una vez transcurrida media hora de concentración, llegadas las 20.00 horas, los manifestantes respondieron con una ovación a las señales horarias y, por momentos, el ambiente se fue caldeando. Llegado el turno de lectura de un manifiesto, un paseante decidió increpar a la multitud y algunos jóvenes reaccionaron de forma violenta contra él, aunque la situación no llegó a mayores. Los cuerpos policiales, eso sí, tuvieron que reforzar sus posiciones y acumular más efectivos hasta el fin del acto.